jueves, 6 de diciembre de 2018

El héroe Nadal y la bandera


No puedo evitarlo, me siento muy orgulloso cada vez que veo a los deportistas españoles envolverse en nuestra bandera. Y Rafael Nadal  nunca deja de hacerlo. No hay duda alguna, vivimos un momento dulce en el deporte, como lo prueba el hecho de que el desahogado ZP se autonombró ministro del ramo después de unos cuantos éxitos de nuestros participantes. El himno de España suena con frecuencia en los pabellones y estadios de todo el mundo, donde además se exhibe no poca calidad (caso de Boston y la Selección Nacional de fútbol) y donde no deja de ondear nuestra enseña por más que haya izquierdistas y nacionalistas que se chinchen de rabia. Simplemente, que se jodan.


Paradójicamente, no hace mucho en el Parlamento catalán se aprobó debatir sobre si se debe ocultar la bandera española en edificios públicos. Esa gentuza que oprime Cataluña desde las instituciones políticas, no puede calificarse de otra forma a quien se sitúa al margen de la Ley, sabe de sobras que perder el tiempo en hablar del sexo de los ángeles cuando la comunidad está al borde de la bancarrota y las empresas no paran de marcharse de allí, supone una cortina de humo destinada a ocultar la locura de un nacionalismo que, de paso, proclama públicamente su desacato a las sentencias del Constitucional y Supremo sobre la ilegal inmersión lingüística.

Entretanto, el Gobierno de España, que ni gobierna ni se considera español, hace caso omiso al flagrante desacato de los políticos catalanes y pasa a tope de aplicarles el correctivo correspondiente. Un correctivo que podría consistir, con la ley en la mano, en retirar las competencias educativas e incluso, en su caso, en suspender la propia Autonomía. Y que se echen a la calle si tienen narices, porque el siguiente paso podría ser, siempre que hubiera un gobierno donde no abunden los Rubalcaba, en meter en la cárcel a unos cuantos agitadores. Me refiero a los inductores de esa agitación, por supuesto. De modo que vayan con cien ojos con ocultar nuestra bandera nacional, no vaya a ser que sea. 

Autor: Policronio
Publicado el 6 de junio de 2011

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