Aproximadamente en el año 512 a. C., un guerrero chino entró al servicio del rey Helu, gobernante de Wu, en calidad de general. Tras su dilatada carrera militar, el citado general escribió el tratado “El arte de la guerra”, que sigue siendo leído hoy en día y ha proporcionado imperecedera fama a su autor: me estoy refiriendo a Sun Tzu.
Cómo en España no somos tontos, dos mil quinientos años después la providencia personalizada en el presidente Zapatero colocó al frente de nuestros ejércitos a una digna émula del prestigioso Sun Tzu; la simpar Carmen Chacón, bella dama experta en estrategias bélicas, eficaz creadora del ejército soñado por Azaña, de gesto fiero y arrogante y voz atronadora como el rayo: “Capitán, mande firmes, ar”.
El ardor guerrero de la señora Chacón, unido a sus incuestionables dotes para el mando, ha proporcionado a España gloriosas victorias que han empequeñecido las gestas de, por ejemplo, el Gran Capitán. Es curioso, no obstante, que la mayor victoria de Carmencita (con perdón) fuese obtenida lejos del campo de batalla: así lo narra la autorizada voz del cronista mayor del Reino Socialista de España, don Iñaki Gabilondo:
“Decía (refiriéndose a Sun Tzu) que la victoria más importante es la que se obtiene sin combatir. Es lo que ha obtenido Carmen Chacón, una gran victoria política […] al anunciar que no va a presentarse a las primarias”, dice don Iñaki en su crónica en la web de la cadena Ser. Las razones que justifican tan resonante victoria son, según Gabilondo, el haber “aliviado a su partido, ha sacado a Zapatero de su ratonera y despeja las cosas en las filas del PSOE”. No desconoce el cronista que tal victoria es “un sacrificio doloroso pero inteligente”, ya que el PSOE “iba hacia una guerra fratricida”.
Pues mire usted por dónde, yo discrepo de lo expuesto por Iñaki, y estaría por apostar que doña Carmen también. Si el rictus de Chacón ya es de naturaleza avinagrada, en esta ocasión me ha parecido que el vinagre le salía por las orejas: dudo mucho que desde la perspectiva de la ministra haya obtenido victoria alguna y probablemente más que haberse sacrificado inteligentemente la hayan sacrificado, que es distinto.
Indudablemente las cosas en el PSOE se han despejado, lo cual no necesariamente quiere decir que esto haya supuesto un alivio para el partido, y no sé de qué ratonera ha sacado Carmen a Zapatero: que Chacón renuncie o “la renuncien” es el menor de los problemas de España y la ratonera menos comprometida en la que se ha visto el ratoncito Zetapé. Por otra parte, el PSOE no iba a una guerra fratricida: el PSOE es la guerra fratricida.
A título personal, que la cabeza visible del PSOE se llame Zapatero, Rubalcaba o Chacón me importa bien poco, pues considero que no dejan de ser distintas caras de la misma incompetencia. Con la salvedad de que probablemente Rubalcaba sea el más dotado intelectualmente de tan distinguido trío, lo cual lo hace también más peligroso. Y con respecto a don Iñaki es digno de alabanza lo bien que se sigue ganando el sueldo el tío: mezclar a Carmen Chacón con Sun Tzu, hay que joderse.
Autor: Rafael Guerra
Publicado el 29 de mayo de 2011
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