domingo, 9 de diciembre de 2018

César Vidal versus Pío Moa


Llevo varios días intentando quedarme al margen de la polémica surgida en Libertad Digital y al final me ha sido imposible. La razón de no querer intervenir es que cuanto se alberga en LD es para mí muy querido. No obstante, el desencadenante de estas cuatro líneas que ahora anoto lo provocó César Vidal con la entrega de lo que él denomina "Primera acotación a Pío Moa", un artículo que mueve a su rechazo por el tono pedante, además de inquisitivo, que se deduce entre líneas y en el que al final no da ni un sólo argumento (a ver si llegan en las otras dos entregas) del porqué César opina así o asao de Pío. Luego más que de "acotaciones", Vidal debería hablar de simples opiniones. Las cuales, en el caso de no sustentarse en bases más sólidas en lo que deba seguir, quedarán en opiniones simples.  

¿Es preciso ser un gran conocedor de la Historia de España para decantarse a favor de Moa o de Vidal? En absoluto. Desde el punto de vista de un lector corriente (no aspiro a más), juraría que basta con la claridad (y calidad) que uno aprecia en los textos de ambos escritores para elegir cuáles son digeribles y por lo tanto convencen al ser leídos. Y en tal caso, Moa es un maestro a la hora de escribir y de sacar conclusiones abarrotadas de lógica, que luego uno acepta o rechaza aun cuando las más de las veces lo que propone suele ser admisible. Lo contrario que le ocurre a Vidal, que da la sensación de escribir para gente muy, muy especializada o, simplemente, para que no se le entienda. 

No hablo de tratados historiográficos en los que Vidal apabulle con el mundo de conocimientos que refleje en ellos, me refiero a una simple novela como pueda ser "Los hijos de la Luz", sui géneris premio "Ciudad de Torrevieja" a pesar de ser un pestiño que se me cayó de las manos antes de las 100 páginas. Ocurrió así en las seis o siete veces que he intentado leerla y eso que me había juramentado, en más de una ocasión, para darle fin a la novelita pasase lo que pasase. Lo mismo me ha sucedido con unas cuantas obras más de Vidal, cuya relación no viene ahora al caso y me reservo por si la polémica se "enciende" más de la cuenta. De otro lado, ¿es preciso desacreditar a Moa, de pies a cabeza, como parece que pretende Vidal para llegar a la conclusión de que Franco no fue un liberal? ¿Cuándo y dónde ha dicho algo así Moa? ¡Madre del amor hermoso?

Por el contrario, de Moa me ha gustado todo lo que he leído. Todo. Y eso que suelen ser mamotretos sobre temas especialmente áridos como son la Guerra Civil y la II República. Y es que Moa satisface en la medida, claro está, de que uno posea ya un conocimiento mínimo del triste período que vivió España entre 1931 y 1945, pongamos por caso. La trilogía inicial de Moa, relativa a la citada etapa, me parece simplemente fascinante, comprensible de pe a pa en sus tres volúmenes. Los "Mitos...", son para repasarlos una vez al año, no sea que uno vaya olvidándose de lo que dice el maestro. Y si hablamos de "Años de Hierro", un impresionante tocho de 726 páginas, digamos que me lo bebí a la máxima velocidad posible. Dos veces lo leí, lo aclaro por si acaso, la segunda para anotar datos destacables, al menos para mí. Incluso hace un par de años hice una breve reseña en Batiburrillo, cuyo enlace adjunto para que se advierta que mi admiración por Moa no surge, ni quiero destacarla, a raíz de la polémica en LD. Me pregunto si César Vidal habrá leído "Años de Hierro", puesto que no se molesta ni en citar la obra en lo que denomina "La obra historiográfica de Pío Moa". 

Todo lo antedicho creo que deja clara mi defensa de Pío Moa, si bien no significa que desprecie lo que hace César Vidal. Me parecen de lo más salvables, por ejemplo, sus magistrales editoriales de la "Linterna". Y probablemente también lo serán algunos de sus numerosísimos libros, lo que ocurre es que no he tenido la suerte de que esos libros, los buenos, pasasen aún por mis manos. Y claro, ¿a estas alturas quién se arriesga a comprar más con lo que cuestan? Eso sí, a Vidal se le reconoce una cultura deslumbrante, lo cual está muy bien para el consumo propio. Otra cosa es que sepa transmitirla al resto de los mortales, entre los que me cuento. 

Autor: Policronio
Publicado el 25 de junio de 2011

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