Qué gran diferencia entre los jóvenes católicos que acudirán durante unos días a Madrid con esos otros jóvenes conocidos como "indignados" que acudieron igualmente a la capital de España. Estos últimos lo hicieron procedentes de diversas provincias, con la intención final de asaltar el Parlamento y ocupar las calles. Bienvenidos a los primeros, y a los segundos una recomendación: La imposición y la violencia jamás serán valores en sí mismos, sólo deben usarse —para quien no lo sepa— en legítima defensa. Y aun así, en la proporción adecuada. Lo mismo que debe hacerse respecto a la difusión de nuestras ideas: deben ser expuestas sin exigencias y en el ámbito adecuado, sin que el vecino sienta coartada su libertad como sucedió durante semanas con los comerciantes de Sol.
Otra nota destacable de las Jornadas viene dada por el comentario de José Blanco. El portavoz del Gobierno, a su pesar, reconoció ayer lo que tantos izquierdistas han venido negando o incluso denunciando falsamente, el gasto para las arcas del Estado: "Se trata de un evento «bueno» para los católicos y «también bueno» para la economía española. De hecho, quiso despejar dudas sobre esta cuestión y aclaró que «es verdad que acarreará algunos gastos, pero también importantes ingresos y, al final, ponderando ambos, no supondrá un gasto para el Estado»". Y es que el señor Blanco, con su "timidez" habitual, no estaba muy interesado en destacar que se espera un beneficio de más de 100 millones de euros, sin contar otros muchos millones de publicidad en la prensa mundial, donde sonará a menudo el nombre de Madrid y de España. Todo nuestro aprecio hacia Benedicto XVI y hacia los cientos de miles de cristianos que le acompañen.
Autor: Policronio
Publicado el 16 de agosto de 2011
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