Cuando los jerarcas de la universidad de Castilla-La Mancha -donde no se menea una rama sin que lo sepa el aristócrata rojo- procesionan la tarde del Jueves Santo en Ciudad-Real, detrás de la imagen de la Santa Cena, no es porque anden de vacaciones entre trimestres, es porque la UCLM es Hermana Mayor Honoraria de la Hermandad Sacramental de la Santa Cena y María Santísima del Dulce Nombre, también conocida por la de los estudiantes.
De igual manera, los católicos se abstienen de comer carne el miércoles de ceniza y todos los viernes hasta el sábado de gloria, no porque se pongan a régimen alimenticio o les dé a todos por apuntarse a la cofradía del profesor Grande Covián, sino porque celebran la Cuaresma, en espera de la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
O sea, que cuando ya pensábamos que se extinguía la moda de llamar a los dignísimos e imprescindibles barrenderos, “operadores de residuos sólidos urbanos” y a los cab…. de los gasolineros, “técnicos en manipulación de gases licuados del petróleo", va el aristócrata rojo y nos sustituye la denominación de la última semana de la Cuaresma, donde nos recogemos por la Semana Santa, por la más burocrática de “descanso entre trimestres”, que lo mismo es para darle gusto a las feas que enseñan las tetas, como si no tuviera bastante con las de su Clementina, alabadas en su día por Fraga. Vaya usted a saber.
Por cierto, a ver cuando el amigo de Díaz de Mera, o sea, Barreda, tiene un rato en el descanso entre el viernes y el lunes, para explicarnos el porqué de rebajar las becas de excelencia, destinadas a los mejores estudiantes manchegos, de 3.500 a 2.500 euros anuales. Por ejemplo.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 19 de marzo de 2011
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