Antes que Rubalcaba incluso la Chacón, que ya es decir

Rubalcaba, un tipo retorcido.

El gobierno de ZP siguió negociando con la ETA después del atentado de la T-4 en Barajas (30-12-2006), lo que se desprende de las actas etarras de las reuniones y de sus muchos datos comprobables como ciertos. Por ejemplo, el etarra Otegui viajó a Suiza junto a Rufino Etxeberria en mayo de 2007, pese a tener prohibido salir de España. Ambos estaban procesados en la Audiencia Nacional y el Gobierno vulneró la ley para darles vidilla a unos delincuentes que parecían la mar de dispuestos a la cama redonda.  

En la prensa no sumisa se incide, además, que el asunto del Faisán está cada vez más claro y fue un chivatazo impulsado por quien 25 días antes había sido nombrado ministro de Interior: Alfredo Pérez Rubalcaba, precedido en el cargo (que no en los 'riñones') por un tal José Antonio Alonso, juez en excedencia, condición que probablemente le llevó a pasmarse ante las ilegalidades que se venían cometiendo en su departamento y que le llevaron a renunciar a la cartera, si bien el hecho de que hubiera sido compañero de pupitre de ZP, o sea, el recurso a la amistad personal, motivó que acabase por sustituir a Rubalcaba como portavoz parlamentario, donde no es preciso carecer de escrúpulos, al menos en la misma cuantía que en Interior.

De modo que hemos llegado a la faceta que Rubalcaba domina como nadie: la falta absoluta de escrúpulos. Y una persona así, tan dañina para la democracia y para el cumplimiento de la ley, que en cualquier otro país estaría cumpliendo sentencia, me resulta pasmoso que en la actualidad sea el favorito de los socialistas para cuando ZP dé la espantada. No puedo creerme que la indecencia más que demostrada de este fulano, aunque sólo sea por sus innumerables mentiras y la frase 'España no se merece un Gobierno que mienta', sea un plus para que Rubalcaba parta como favorito a la sucesión del mandamás en el PSOE. ¿Acaso no tienen a la Chacón y otros significados militantes autonómicos, como el extremeño Vara, pongamos por caso? De acuerdo en que Carme es poco menos que de cartón piedra y debería de comenzar por aprender a hablar y a pensar por sí misma, si es que alguna vez lo consigue, pero de ahí a que se prefiera antes a Rubalcaba... ¡Dios, me hago cruces!

Ahora bien, ¿deberíamos de culpar solamente al traidor Rubalcaba de la que está cayendo en España y en el terreno de las inmoralidades? ¡En absoluto! Por delante suyo se encuentra Zapatero, que es el impulsor de esta política cargada de felonía, odio y resentimiento. Y si se me apura, debe hacerse recaer la culpa en todo lo relacionado con la ETA en cuantos parlamentarios autorizaron la negociación con la banda de criminales. Una autorización sobre la que ninguno de ellos ha propuesto aún que se retire. Sí, ya sé que la versión oficial del socialismo tramposo y degenerado es que no hay que fiarse de las actas etarras, entonces la siguiente pregunta se formula por sí sola: ¿Qué les llevó a negociar con quienes no son fiables?

En resumen, a la Chacón puede reprochársele su mediocridad absoluta, ya que la vemos limitada a leer lo que le escribe el publicista Miguel Barroso, también su falta de apego a la nación española (se movió sin disgusto en el ambiente de 'Tots som Rubianes') y su servidumbre al PSC, partido infestado de nacionalistas acomplejados, pero esta mujer aún no ha incurrido, al menos que se sepa, en la alta traición que supone negociar sin condiciones con los asesinos etarras (recordemos que no se interrumpió a pesar de la T-4) y en facilitarles la huida mediante un chivatazo que clama como un cañonazo en las conciencias de la gente decente, donde me gustaría situar, a pesar de ellos mismos y de su adicción a las irregularidades, a la mayoría de los socialistas que votan creídos de que lo hacen a un partido que busca la equidad. Socialistas engañados, sí, pero aseguraría que no todos encanallados, de ahí que mi apelación de hoy es que busquen a alguien honrado para que les dirija. Alguien no de valor en los trapicheos ilegales, sino con valores. 

Autor: Policronio

Publicado el 239 de marzo de 2011