Imposible de toda
imposibilidad felicitarles el Año Nuevo, sin no es con ánimo de cachondearme de
la concurrencia. Pues ya ven, ni una semana llevan estos socialistas del PP en
el gobierno del Reino de España y ya han asomado la patita por debajo de la
puerta. La patita de lobo ladrón, golfo y pendenciero, que no otra cosa es esta
pandilla de académicos que nos han puesto de ministros, que por no creer no se
cree ni lo que enseña.
¡¡Qué cara se le habrá quedado al campeón!! Él, que pensaba que Rajoy venía con la motosierra y resulta que el cabrón con pintas traía escondidos unos alicates, instrumento más propicio para arrancarnos los cuartos del bolsillo.
Pues va a ser que no.
Mira por donde, este gobierno ladrón y mentiroso me ha solucionado la cena de Nochevieja.
Pensando estaba en preparar una cosa austera, sencilla, sin mucho alarde, con
ánimo declarado de no hacer proselitismo del consumismo más desaforado, que
tanto afecta a la tranquilidad del espíritu. Afectación directamente
proporcional al número de ceros que desaparecen de la cuenta corriente, por
otra parte.
Pues para que se
lo coman ellos me lo como yo: carabineros, langosta, percebes, caviar iraní,
cinco jotas, el más caro de los de Rueda, Vega Sicilia, cohíba y el whisky más
caro que encuentre en el lugar habitual. Y de que acabe, para tranquilidad de
la testosterona, una puta de a seiscientos euros la hora.
Y que al año que
nos sea propicio a la desobediencia fiscal.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 31 de diciembre de 2011
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