En la
presentación de su candidatura a la secretaría general del PSOE ha pronunciado
Rubalcaba una frase tan reveladora como, paradójicamente, inexacta que resume
con extraordinaria precisión la idiosincrasia socialista: “ElPSOE volverá a ser un partido nacional que vertebre a España”.
La parte
reveladora de la sentencia del ya veterano líder socialista no es cuestión
menor, al reconocer implícitamente Rubalcaba que el partido que ha gobernado
España durante casi ocho años no es un partido con vocación nacional; no es un
partido para el cual el concepto de España haya significado nada más allá de la
anecdótica “E” final de las siglas “PSOE”.
A mayores, en mal
lugar se ha dejado a sí mismo el incombustible Alfredo. De su parlamento se
deduce que ahora considera la idea de España un valor a tener en cuenta. Pues
bien, hace poco más de un mes pretendía Rubalcaba alcanzar la presidencia de
este país a la cabeza de un partido que, según propia confesión, desdeña una
vocación nacional que ahora tanto parece importarle. Realmente la portentosa
capacidad de Rubalcaba para autorretratarse como si tal cosa con los tintes más
cínicos y desvergonzados no tiene parangón posible.
Vayamos ahora con
la parte inexacta de la jugosa frase. Para volver a ser algo es condición
inexcusable haberlo sido con anterioridad, por tanto difícilmente el PSOE
volverá a ser un partido nacional que vertebre a España al no haberlo sido
nunca. Podría, tal vez, llegar a serlo alguna vez, pero si el trascendental
paso de arrojar por la borda la absoluta carencia de sentido nacional ha de
darlo el PSOE bajo la tutela de Rubalcaba o Chacón aguarden ustedes sentados:
semejante milagro no lo verán nuestros ojos.
Autor: Rafael Guerra
Publicado el 30 de diciembre de 2011
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