Hace falta ser muy desahogado, al más puro estilo Zapatero, como para sacar un decreto según el cual se conceden 350 euros a los parados que quieran hacer un cursillo y no cobren prestación alguna. Ahora bien, deberán ser las comunidades autónomas las que paguen a los que se apunten. Este trilero de la Moncloa ha vuelto a hacer lo mismo que con la ley de Dependencia, él invita y las CCAA deben pagar. Y ojo, porque ZP es irrefrenable y por lo tanto capaz, con dinero ajeno, de declarar obligatorios los cursillos. Todo sea por sacar gente a paladas de las listas del INEM. Todo por el engaño propagandístico destinado a darle un giro, siquiera sea leve, a esas encuestas electorales que, de seguir al mismo ritmo, dejarán al PSOE en un partido testimonial en 2012.
Se da la circunstancia de que el decreto de los 350 euros no va acompañado de una memoria económica ni se transfiere partida alguna destinada al pago de los cursillistas. El dinero, ¡pásmense!, deberá salir de… ¡Ah, chi lo sa! Eso sí, reitero, se eliminará de las listas del paro a todo el que solicite instruirse en lo que no va a servirle para nada, que es lo que ocurre con ese tipo de cursillos donde la desgana se reparte a medias entre quienes los reciben y quienes los imparten, con frecuencia a cargo de los sindicatos. No obstante, al decir del demagogo que nos manda, el parado que está perdiendo el tiempo en semejante paripé, de hecho está “trabajando por España”.
Comprendo que los socialistas no quieran morirse de hambre y por lo tanto no hagan nada para poner el frente del partido (y del Gobierno) a una persona normal en lugar de a este jumento descerebrado. Aclaro que la frase “morirse de hambre” define a esas garrapatas arrimadas al poder, muchas de ellas sin preparación alguna, que pasarían de vivir con una gran esplendidez al precario día a día que padecemos los demás mortales. Es decir, hay unos cuantos miles de zapaterinos que integran el aparato del partido, y desde luego lo manejan a su antojo, que deberían buscarse la vida en el caso de que su actual mecenas abandonara la presidencia del Gobierno, no por su gusto, evidentemente, sino porque lo echaran a patadas como se merece.
Pero sucede que hay muchos más socialistas que no viven del cuento, se dice que pasan de medio millón los que poseen carné, y no me cabe en la cabeza que se mantengan tan estabulados ante lo que puede representar la debacle del PSOE durante mucho tiempo, que los españoles somos muy cazurros y nos cuesta aprender, pero a largo plazo acabamos por descubrir dónde está la perversidad sistemática y han sido ya dos las etapas de socialismo destructivo. No es que yo esté afligido porque el PSOE esté en riesgo de desaparecer, todo lo contrario, pero considero que la alternancia de los partidos en el poder es algo conveniente para la democracia. A condición, claro está, de que hablemos de partidos dirigidos por gente decente. No de lo que hay ahora.
Autor: Policronio
Publicado el 21 de enero de 2011
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