Observando este gráfico, se ve como a principios del año 2006, los ingresos y gastos del Estado en España estaban equilibrados en torno a los 120.000 millones de euros. Cuatro años más tarde, a principios de 2010, los ingresos habían caído en unos veinte mil millones de euros pero los gastos se habían incrementado hasta los 200.000 millones de euros. Es decir, existe un problema de gasto indudable. Parafraseando a Clinton, se podría decir, “son los gastos, estúpido”. Y no es que en 2006 se gastara poco. Estábamos en plena burbuja inmobiliaria, el dinero corría como una mecha de pólvora encendida. Pero si en 2006 las Administraciones se apañaban con los 120.000 millones de euros, y ya derrochaban lo suyo, no habría motivo para que no se apañaran ahora.
Sí, está el paro, y otras cosas, pero estamos hablando de 80.000 millones de euros de diferencia, por no hablar de los impagados de Autonomías y Ayuntamientos a proveedores, que suponen otros miles de millones de euros más. Y habrá muchas justificaciones para ese desfase entre ingresos y gastos del orden de los cien mil millones de euros en 2010, sin contar gastos financieros de hacer frente a vencimientos de deudas anteriores, que esa es otra, más de cien mil millones, pero aquí hay un problema de gasto, porque hay un problema de corruptelas y de despilfarro. Pretender recurrir a subidas de impuestos para cubrir esa diferencia, sólo conducirá a no corregir los derroches y a asfixiar a la clase media más de lo que ya está. No se puede llenar de agua una cesta de mimbre por mucha agua que eches dentro. El Estado y las Autonomías tienen demasiados agujeros por donde se va el agua.
Autor: Bucan (Firmas invitadas)
Publicado el 11 de junio de 2010
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