Las vacaciones veraniegas son un buen momento para el ocio y la diversión, pero también lo es para la reflexión, para reflexionar sobre nuestros asuntos particulares o sobre cuestiones generales, como puede ser, por ejemplo, la situación política nacional. Una situación caracterizada fundamentalmente por la gran incertidumbre que se ha instalado en la sociedad española en los últimos tiempos y que, como telón de fondo, domina la vida del país desde todos los ámbitos. Una incertidumbre y una desconfianza que va mucho más allá de la mera cuestión económica, y que afecta, yo diría de manera muy especial, a los pilares básicos en que se sustenta el Estado.
Incertidumbre generada, principalmente, por un gobierno que gobierna, y esto es un decir, atendiendo, no a los intereses generales de la Nación, como es su deber, sino a los suyos propios y a los de los grupos afines, de espaldas a la realidad y preocupado sólo por las encuestas; con un presidente, Zapatero, muy tocado, aunque, de momento, no caído, que todavía se atreve a hablar de recuperación económica, afirmación que, vistos todos sus pronósticos anteriores, tan solo puede provocar la risa o la indignación.
Zp es el artífice principal del desastre económico de España, cuya incoherente política ha llevado a la crítica situación actual. Pero tanto o más que esto, es el máximo responsable del desbarajuste político, institucional, social, educativo y moral en que ha metido a nuestro país. Aunque, a diferencia del caos económico, en donde la improvisación ha sido la norma de funcionamiento, en lo político, en lo social, en lo educativo, todo responde a un plan perfectamente preconcebido por su maquiavélica mente, un plan, no de transformación, sino de destrucción de lo que hasta ahora hemos conocido como España, llevado a cabo en varios frentes:
-Socialmente, con la imposición de los matrimonios homosexuales y del aborto libre.
-Educativamente, con la imposición de Educación para la Ciudadanía en las escuelas, con la intención de instaurar una nueva moral contraria a la cristiana.
-Económicamente, con sus nefastas políticas intervencionistas y derrochadoras.
-Energéticamente, con las llamadas energías renovables, de alto coste económico y paisajístico.
-Política e institucionalmente, con la fractura de la Nación española y la conversión en letra muerta de la Constitución de 1978, a raíz de la aprobación del Estatuto de Cataluña, en que tanto empeño personal ha puesto el que se supone es presidente de todos los españoles.
-Internacionalmente, con la disparatada política exterior de su gobierno, cuyo eje central es la llamada Alianza de Civilizaciones.
No contento con esto, Zapatero ha pretendido, además, reabrir las viejas heridas de la guerra civil, con su polémica Ley de Memoria Histórica, un intento de enfrentar de nuevo a los españoles, fruto de su visión sectaria y electoralista de la política.
Pero en su proyecto revolucionario, Zp no contaba con un factor que, a la postre, puede significar su tumba política, como es la grave crisis económica que padece España, la cual hasta el último momento ha estado negando y que él mismo ha agudizado con su desastrosa gestión, hasta que Bruselas ha tenido que intervenir obligándole a tomar algunas reformas de calado y drásticos recortes que siempre se había negado a aplicar, para su mayor escarnio.
Parece que Zp tiene ya su tiempo contado como presidente del gobierno, pero el daño que ha causado a España es tal que probablemente ésta nunca logre recuperarse del todo.
Autor: Fernando León (Firmas invitadas)
Publicado el 18 de agosto de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.