Al final va a ser verdad que Dios escribe derecho en renglones torcidos. O es ello o es que Pedro J. ha perdido, definitivamente, el oremus. Ya no es que mantenga en su nómina de colaboradores a personajes tan siniestros como Antonio Gala o Ruiz Elvira, dignos representantes de lo que a sus lectores habituales o ya desistidos nos repele, es que, no ya de vez en cuando, sino por costumbre, se empeña en dar cancha a lo más granado de esa izquierda casposa y castrante, calificada con acierto, por lo más aguerrido de los liberales-conservadores, como izmierda
Primero fue con Guillermo Toledo, Willy para los amigos, al que dejó desahogarse de sus miserias de todo orden, a propósito del abordaje por el ejército israelí de los barcos de Hamas.
Y ahora, todavía no repuestos del susto, nos sorprende con un charla programada para mañana, con el periodista, o lo que sea, David Segarra, un cachorro del régimen bolivariano de Hugo Chávez, comprometido éste con la causa del terrorismo palestino, que sienta sus reales en Gaza.
Y no es que haya caído yo solito en el amor a Hugo Chávez y a toda su patulea liberticida que muestra este sujeto, sino su propia madre. Vean: “Cristina Soler comentó en Telesur que su hijo es una persona de "gran valentía" que está en Venezuela por convicción para unirse a la Revolución Bolivariana que lleva adelante el presidente latinoamericano, Hugo Chávez”.
Ya nos lo explicará Pedro J, sí es que puede.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 6 de junio de 2010
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