lunes, 12 de noviembre de 2018

Los pilares ‘democráticos’ del adoctrinado Sostres

Pilares carcomidos y apuntalados.

Como no todo van a ser rescates económicos o babosidades sindicalistas, dos temas de actualidad que en realidad sólo son uno a causa de un ZP desquiciado desde el momento en que se agarró a la primera pancarta ocho años atrás, he decidido fijarme hoy en la tercera pata de este taburete cojitranco y carcomido que ya apenas resiste el peso de la Nación española.

Me refiero, ¡cómo no!, al Estado de la Autonomías y la madre que las…, que es razón principalísima de que cada cual vaya a lo suyo y de que España parezca hoy un patio de colegio donde los 17 alumnos andan a guantazo limpio en el recreo, con el nacionalismo catalán actuando invariablemente de encizañador, el nacionalismo vasco, pistola en mano, esperando a los chavales a la puerta de la escuela y el nacionalismo gallego crecido a tope en la cuestión lingüística, puesto que Feijoo finalmente ha resultado ser un mentiroso. Tres variantes a cual más despreciable del problemón autonómico, base de otros muchos inconvenientes, que tienden a corromper todavía más al resto de las regiones españolas. 


Da la sensación de que los nacionalismos se frotan las manos ante la espantosa deriva de nuestro país, puesto que suponen la pata más carcomida de la banqueta, con un maestro acobardado que ha resultado incapaz de controlar el patio y al que no le falta mucho para pillarse una baja médica por depresión. Pues bien, ante tal panorama, los cismáticos creen al alcance su principal objetivo: la independencia. Por eso hay gentuza que no duda a diario en hacer apología de la ‘libertad’; bueno, en realidad de su particular sentido de la libertad.

Uno de los más cínicos nacionalistas, Salvador Sostres (nacido en 1975), que comienza a ser famosillo y al que traigo aquí como espécimen representativo de tantos otros adoctrinados, asegura que ‘Si el Parlament aprueba la celebración de un referéndum sobre la independencia y España se niega a autorizarlo, le va a quedar poco margen para presumir de país libre, va a evidenciar que la calidad de su democracia está muy por debajo de sus socios europeos y se va a equiparar con las peores tiranías del mundo en su obsesión contra las urnas’.

En una cosa lleva razón este fulano: La calidad de la democracia en España está muy por debajo de otras europeas, pero no es un problema que pueda darse en el futuro, como él afirma, sino que sucede así desde hace ya bastante tiempo. Especialmente en Cataluña, donde la democracia jamás ha existido como consecuencia de los trapicheos y el mirar para otro lado que los nacionalistas fueron arrancándoles a los distintos gobiernos centrales. Lo que a su vez derivó, desde el minuto uno de la Transición, en un espantoso lavado de cerebro que al final ha convertido a los ciudadanos catalanes en dos mitades desiguales: Los nazis separatistas, mucho menos numerosos aunque sin duda mucho más activos, y el resto de la población, que es una inmensa mayoría que actúa como si estuviese compuesta de autómatas y pasan de todo en las cuestiones políticas. De ahí ese aberrante Parlamento catalán con más de un 90% de nacionalismo, demostración irrefutable de una atroz falta de democracia.

Ante semejante situación, derivada del adoctrinamiento o el asco y no contemplada en absoluto en la ‘teología’ de los Sostres de turno, que describen siempre una Cataluña idílica en lo democrático a cuyos habitantes hay que ‘obligarles’ a opinar (ya vimos el raquítico resultado en la consulta del nuevo Estatuto), uno se pregunta si se dan las condiciones para el referéndum. Mi respuesta es no, evidentemente, como no sería posible celebrar un referéndum de independencia en cualquier lander alemán o en cualquier estado USA (naciones consideradas con un alto grado de patriotismo), si la población de esos territorios hubiese permanecido 30 años bajo la férula del adoctrinamiento intensivo. El resultado, que nadie lo dude, además de engañoso, podría calificarse de cualquier cosa menos de un acto democrático. De donde se deduce que no es posible ejercer plenamente la libertad con los pilares carcomidos. 

Autor: Policronio
Publicado el 17 de junio de 2010

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