Durante la primera semana de Mayo, España estuvo al borde de la quiebra. Si nos atenemos a lo que dijo José Luis Feito, presidente de la Comisión de Economía de la CEOE, publicado en El Economista: “El viernes 7 de Mayo, España estaba quebrada, no había ninguna financiera que comprara deuda o bonos españoles, ni públicos ni privados, a pesar de que se llegó a ofrecer tipos de interés cercanos al 18%”. España había quedado al descubierto. Esto fue lo que condujo a que Obama y el Presidente de China llamaran a ZP para decirle que esto iba en serio, que esto no se arreglaba con propaganda, que ya no estaban para bromas y que los mercados querían escuchar propuestas serias.
Y ZP, como un toro embravecido, anunció el RECORTAZO a funcionarios y pensionistas, como diciendo, ahora verán de lo que soy capaz. ¿Pero es esto lo que esperan oír los mercados? Y cuando digo mercados quiero decir los que pueden prestarnos dinero de los ahorradores de diversos países. No es eso lo que esperan. Los mercados esperan recorte de gastos estructurales. No esperan oír que se baja el sueldo a los altos cargos, esperan oír que se eliminan altos cargos. No esperan oír que se reducen gastos en las televisiones o empresas públicas autonómicas, esperan oír que se venden esas televisiones y esas empresas. No esperan oír que se fusionan Cajas, esperan oír que se cierran sucursales y que se capitalizan las Cajas emitiendo acciones que coticen en Bolsa. Porque el problema de España es de gasto estructural excesivo y poco productivo. Vamos, que estamos con el agua al cuello.
Autor: Bucan (Firmas invitadas)
Publicado el 24 de mayo de 2010
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