Francisco Camps. |
Los fiscales de Anticorrupción ocultan la prueba que demuestra la inocencia de Camps, así se desprende de la querella presentada por el abogado del caso Gürtel, en la que acusa a ‘Concepción Sabadell y Myriam Segura de ocultar una prueba clave para la defensa del presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, en el asunto de los trajes de Orange Market’. De las grabaciones autorizadas por Garzón ha trascendido una frase ‘entre Peláez (abogado del constructor José Luis Ulibarri) y Crespo (uno de los principales imputados en la trama) en la que éste señala que el presidente valenciano se pagó sus trajes’.
De todo este asunto, cada vez más hediondo respecto a las actuaciones judiciales, se desprende un elemento claro: Unos cuantos fiscales se han convertido en sicarios del poder. Así que no es de extrañar en absoluto que en cuando el TSJ de Valencia archivó el procedimiento contra Camps, en cuestión de horas, desde Nueva York, a la vicepresidenta De la Vega se le escapara que la Fiscalía recurriría de inmediato. Y así se hizo, dando lugar a que el Supremo, que igualmente desconocía la frase exculpatoria de las grabaciones, ordenara ampliar las diligencias. Porque, vamos a ver, ¿qué sentido tiene que Crespo, sin conocer que se le estaba grabando, dijese que Camps se había pagado sus trajes?
No entro a valorar la calidad política de Francisco Camps, nada despreciable si se juzga a partir de su alta aceptación entre los valencianos. Ni siquiera pretendo exculpar a este político de cualquier otra irregularidad que pudiera haber cometido, tan abundantes hoy en día a poco que se escarbe en cualquier partido político. Y mucho menos describo su enorme error en el tema del idioma de enseñanza en la Comunidad Valenciana, donde la libertad de elección de los padres brilla por su ausencia y casi la equipara a la de Cataluña. Pero lo que no parece justo es que a Camps acaben por juzgarle, y en consecuencia expulsarle de la vida política, por un asunto en el que las pruebas existentes si acaso demuestran su inocencia. Moraleja final: ¿Dónde meterán sus zarpas los zapaterinos que no conviertan todo lo que toquen en un lodazal?
Autor: Policronio
Publicado el 25 de mayo de 2010
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