Río Ebro. |
Mariano Rajoy, que no hace mucho dijo estar preparado “para gobernar hoy mismo”, ofreció a finales de junio, ante la cúpula empresarial, un paquete de reformas inaplazables. Dentro de la reforma número seis, que es la que corresponde al ‘Fortalecimiento de la unidad de mercado’, y aún mejor si fuese aparte para no complicarnos la vida, debería figurar otra reforma cuyo título podría ser el siguiente: ‘Unidad de los recursos hídricos’. Y es que resulta de lo más paradójico que el jefe de los populares pretenda eliminar las pegas autonómicas a la libre circulación de mercancías y capitales, mientras deja el agua ‘empantanada’ en los tramos de ciertos ríos.
Lo de empantanada es un decir, puesto que la actitud electoralista de unos cuantos caciques taifeños quedaría mucho mejor definida si hablásemos de agua vertida al mar, caso de Aragón y Cataluña con el Ebro, o agua regalada a Portugal y arrojada posteriormente al Atlántico, caso del actual mandamás castellano-manchego con el Tajo, del que incluso rechaza un posible acueducto con origen en el tramo medio de ese río, a la altura de Extremadura, cuando su región manchega ha dispuesto ya de toda el agua que ha querido.
Pondré un ejemplo del enorme beneficio que supone retomar el Plan Hidrológico Nacional y, dentro del mismo, el trasvase del Ebro a las deficientes comarcas mediterráneas. Deficientes, repito, incluso después de seis años de costosísimos proyectos de desalinización que deberían de haber llevado al Levante español (incluye el Sureste), lo que en palabras zapaterinas debería suponer que: “Habrá más agua, más barata y en menos tiempo”. Pues ni lo uno, ni lo otro, ni lo de más p’allá. Cero zapatero después de más de seis años, como tantas y tantas de sus promesas. Voy al ejemplo del trasvase:
‘Un estudio cifra en más de medio millón los puestos de trabajo que el canal [Trasvase del Ebro] habría proporcionado desde Cataluña a Almería’. La noticia, que es de hace un par de meses, abunda además en estos otros datos que hablan por sí solos:
"El estudio ofrece un cálculo del aumento del empleo agrario que habrían alcanzado las cuencas receptoras si se hubiera realizado el trasvase y adjudica un crecimiento del 18,4% a Murcia, del 4,6% en la Comunidad Valenciana y del 33,9% a Almería. De los 514.135 empleos generados por el trasvase desde Cataluña a Almería, 85.092 corresponden a la ejecución de la obra, 345.604 a la industria y los servicios y 83.440 a la agricultura.
Por cuencas, los empleos generados con los recursos del trasvase en los sectores del agua, la industria y los servicios habrían ascendido a 113.530 puestos en el Júcar; de 62.721 en el Segura; y de 169.353 en Cataluña.
En el Segura, los 400 hectómetros cúbicos que la cuenca habría recibido del Ebro habrían permitido crear 51.244 empleos en la industria y 11.105 en los servicios.
El sector industrial habría recibido el 59% de esos empleos, los servicios el 40,5% y el sector del agua el 0,5%. El estudio, que ha costado 25.000 euros, será trasladado al Gobierno central, a las Cortes y también a las Comunidades Autónomas, según indicó el conseller valenciano de Medio Ambiente, Agua y Urbanismo, Juan Cotino".
Autor: Policronio
Publicado el 3 de agosto de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.