martes, 13 de noviembre de 2018

La rebelión catalana (I)


Los nacionalistas catalanes no han tardado ni dos días en pasarse por la entrepierna la sentencia del Tribunal Constitucional. Lo han hecho mediante la aprobación de dos leyes (Código de Consumo y Ley del Cine), la primera de las cuales, según refleja El Mundo y puede verse en la imagen, ‘desarrolla uno de los artículos del Estatut cuestionado por el fallo y fija sanciones de hasta un millón a los comercios que no atiendan en catalán’. Un hecho de tal calibre mueve a creer que los nacionalistas catalanes no tienen arreglo y que nos las habemos ante una banda de delincuentes políticos. Porque delincuente es, que nadie lo dude, el que burla la ley.

Si a ello le sumamos las manifestaciones de personajes totalitarios como Carod Rovira: ‘lo que es Cataluña lo debe decidir Cataluña’ (o sea, gente como él, que se adjudica la personificación de Cataluña) y cuyo partido, ERC, ha expresado con claridad que no acata la sentencia, o como el convergente Artur Mas, que ha condenado tajantemente el fallo y añade que CiU pedirá un pleno extraordinario del ‘Parlament’ para rechazarlo, o como el acomplejado Montilla, que desde su cargo institucional ha sido el primero en sumarse al rechazo de la sentencia y encima pretende, como el más experto bribón, ‘esquivar la sentencia del Constitucional con nuevas leyes’. Y si se considera, de añadidura, que toda esta gente se ha puesto inmediatamente de acuerdo para armar un buen cisco el día 10, sacando a la gente a la calle, entonces solamente cabe esperar un tsunami cuyo oleaje asole el ‘Parlament’ (exclusivamente) cuando esta caterva de traidores se encuentre reunida para ‘dictar su ley’.

Eso sí, Cospedal tilda de 'muy antidemocrático' y 'fascista' el comportamiento de Montilla ante la propuesta de éste para volver a descartar al PP de cualquier pacto de gobierno en Cataluña. Lo suyo, Mariloli, es que hubieras afirmado con rotundidad que, de seguir la rebelión nacionalista, si el PP gana las siguientes elecciones suspenderá cualquier autonomía donde no se cumpla la ley. ¡Así de sencillo! Claro que ante frases semejantes, que son las que correspondería pronunciar en una situación nítida de rebelión, los actuales mandamases peperos se ponen aún más temblorosos. 

Autor: Policronio
Publicado el 1 de julio de 2010

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