viernes, 23 de noviembre de 2018

La elección del sucesor de ZP, clave de la remodelación del gobierno

Rubalcaba, entre Rasputín y el Doctor No.

Si se confirma la salida de la vicepresidenta De la Vega, con independencia de que la sustituya un individuo a caballo entre Rasputín y el doctor No, se habrá producido un hecho digno de celebrarse a fondo: La desaparición del régimen zapaterino de una de las personas más dañinas, en lo político y en lo moral, que he conocido en mi vida. Vamos, un auténtico mal bicho que ha ido destilando veneno, al servicio de un amo de la misma especie, y a lo largo de seis años y medio.

Para que ustedes entiendan mejor mi estado de ánimo: Si tuviese una buena provisión de cohetes sería el momento de lanzar al aire, como muestra de alegría, buena parte de ellos. Eso sí, dejando la mayoría en reserva para cuando Zapatero perdiese la poltrona. Y es que a ZP también le huele la cabeza a pólvora, un hecho que se acredita, precisamente, mediante el ascenso de Rubalcaba, puesto en la vicepresidencia primera a fin de que adquiera no ya el renombre suficiente dentro del partido, que para eso tenemos a Pepiño manejando los hilos de la Ejecutiva y ahora la Pajín se irá, sino para que el portavoz del gobierno Gal, que casualmente no deja Interior ni se separa de su camarilla policial, se haga con las riendas del poder monclovita y acerque a su lado de la mesa a esos 600 asesores y altos cargos que tanto intrigan entre bastidores.

Que Zapatero se marcha es cosa que podría darse por segura incluso si el PSOE volviese a ganar las elecciones, evidentemente con otro candidato, o si las perdiera pero estuviese en condiciones de gobernar en alianza con el mismísimo demonio. Porque esa es la cuestión, o gana el PP por mayoría absoluta o los nuevos jefes socialistas, el tándem Rubalcaba-Blanco, pagarán lo que haga falta para no desalojar la Moncloa ni dejar de subvencionar a tanto parásito, verdaderos impulsores de la crisis de gobierno. Así, pues, la clave de la remodelación ministerial es la elección del sucesor en la persona de Pérez Rubalcaba, del que no sé cómo llegaría a ser si alguna vez gobernara, pero del que dudo mucho que fuese peor que Zapatero para los intereses de España. 

Autor: Policronio
Publicado el 20 de octubre de 2010

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