Divertida alegoría del auge y caída del keynesianismo, fenómeno macroeconómico cuyas secuelas padecemos en las economías desarrolladas. La cruda experiencia de la actual depresión económica ha vuelto a demostrar, al igual que tras el 'crack' bursátil de 1929 y la crisis del petróleo en 1973, que las recetas basadas en la política monetaria expansiva y en el gasto público son absolutamente perjudiciales y contraproducentes. Además, lejos de contener y aliviar las consecuencias de las crisis, las alargan y agravan. De nuevo, un muy popular, pródigo, atractivo y 'glamoroso' Keynes (todo un acierto que se le represente como un seductor) acaba sucumbiendo ante un Hayek escasamente reputado, frugal, nada cautivador y más bien adusto, pero mucho más apegado a la realidad y mejor conocedor de la limitada condición humana.
Toda una lección de economía aplicada en apenas seis minutos, a ritmo de rap.
Autor: Pedro Moya
Publicado el 9 de junio de 2010
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