Zapatero y la ministra Salgado. |
La mentira es el estado natural del Gobierno socialista. El zapaterismo necesita del embuste como el respirar: Mintiendo llegó a La Moncloa (dando pábulo al infundio de los terroristas suicidas del 11-M), engañando ganó las últimas elecciones (negando la inminencia de la crisis económica) y ocultando la cruda realidad pretende mantenerse en el poder (anunciándonos cada dos por tres la recuperación de nuestra economía). Hasta el punto de que uno puede afirmar sin temor a equivocarse que decir mentira y Gobierno a la vez se ha convertido simple y llanamente en una redundancia.
Y como no hay mal que por bien no venga, este contratiempo le ha servido al presidente Zapatero para inaugurar de manera solemne un nuevo estilo político: Enterrado el talante, es tiempo de dar paso al volantazo como otra forma de gobernar. O a la yenka, si queremos utilizar una metáfora más folclórica y divertida. ¿Acaso no reza el refrán que rectificar es de sabios? Pues de eso mismo se trata: Un Gobierno que se signifique por enmendarse a sí mismo continuamente, por mucho desconcierto que genere, no puede ser sino el más juicioso e ilustrado del mundo
Autor: Pedro Moya
Publicado el 27 de mayo de 2010
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