Si hace poco Standard and Poor’s (S&P) le bajó la calificación a España, dejándola en AA, la misma agencia acaba de situar a Cataluña en un alarmante A+, es decir, dos escalones menos, puesto que entre el AA y el A+ se encuentra el AA-. S&P justifica de este modo la bajada en la confianza de las finanzas catalanas: ‘Los esperados desequilibrios presupuestarios a partir de 2010 dispararán la proporción del peso de la deuda, que ya es de un 180% en el caso de Cataluña, más allá de los límites que consideramos correspondientes con una calificación AA-’.
Si a todo esto le sumamos la actitud manirrota (en grado de avaricia) de un Tripartito catalán que ha venido gastando el dinero a espuertas en los caprichos más improductivos y destinados, casi todos ellos, a contentar a su clientela. Y se considera, además, que el resto de la legislatura en Cataluña (elecciones en noviembre de 2010, como máximo) será un continuo echar la casa por la ventana ya que los ‘tripartíticos’ saben que van a perder y necesitan arramblar al máximo antes de irse, nada hay de extraño que S&P tenga tan poca confianza en esta gente que ahora manda, puesto que incrementarán la deuda y el derroche hasta un nivel insoportable bajo la consigna de “¡El que venga que arree!”.
El problema de Cataluña es que su casta política (los que entren en noviembre no lo harán de muy distinto modo) no se dedica a gestionar los abundantes recursos de que dispone ni a tratar de destinarlos al bienestar de los ciudadanos, sino que usa una parte muy sustancial de esos recursos para darse caprichos (pongamos los viajes de Carod) y para seguir adoctrinando a la población: Se trata de incrementar el nivel de nacionalismo y así perpetuarse en el poder. Un poder que será indefinido si alguna vez logran la independencia, la cual, mediante la propaganda más farsante posible, asocian siempre con la abundancia y la felicidad eterna. Eso sí, a pocos de esos nacionalistas les da por pensar que, en realidad, lo más probable es que acaben por adentrarse en la indigencia de todo régimen totalitario. Porque el nacionalismo no da de comer (salvo a unos pocos que viven del cuento), eso está claro, y mucho menos si no tienen a la "odiosa" España para culparla de sus desgracias.
¿Qué sentido tiene escribir algo así cuando se sabe que el buen nacionalista entrará aquí, si acaso, para anotar unos cuantos insultos o para decir que mi actitud responde al pensamiento de un fascista español, lo que incluso le reafirma aún más en su posición independentista? Para el nacionalista convencido, esto que escribo no tiene sentido alguno, evidentemente, puesto que seguirá erre que erre hasta la debacle final. Si bien creo que en Cataluña todavía hay mucha gente de convicciones dudosas, que aún mantiene los pies en la tierra y se muestra algo dispuesta a leer con alguna atención la información que le llegue. Bien, pues a los dudosos va destinado este tipo de artículos.
Aquí pueden ver, pulsando en el correspondiente enlace (1), los detalles de unos cuantos ejemplos del derroche que viene perpetrando el actual Tripartito catalán mientras lloriquea acerca de lo mucho que España les roba:
-Carod malgasta 150.000 euros en rememorar la Guerra de Sucesión</a>.
-Cataluña posee 50 delegaciones en el extranjero, algunas de ellas funcionan como embajadas.
-Carod pretende, en plena crisis, crear un «Foreign Office» de la Generalitat, con cientos de funcionarios.
-No hay crisis para el piscolabis del 23 de abril (Sant Jordi): Otros 70.500 euros gastados.
-Carod oculta el coste de sus viajes a Brasil y Senegal (y el de otras docenas de excursiones alrededor del mundo, cabría añadir)
-La Generalitat destina 215.000 euros a la Red Mundial para los Derechos Colectivos de los Pueblos. Es decir, para los separatistas de cualquier nacioncita de diseño.
-El tripartito se gasta dos millones de euros en acondicionar la sede de la Agencia Tributaria Catalana. Recordemos, al efecto, que esa Agencia la establece un ‘Estatut’ recurrido ante el TC.
-En los últimos siete años, período de gobierno del Tripartito, en Cataluña se ha pasado de 140.000 empleados públicos a 226.000 y de 376 altos cargos de confianza a 530.
-Barcelona, igualmente en manos del Tripartito, abre su propio espacio en la Expo de Shanghai. Coste: 4,5 millones de euros.
-Catalunya y Francia firman el convenio del primer hospital transfronterizo en Puigcerdá. Coste para las arcas catalanas: 12 millones de euros. Cualquier cosa con tal de firmar un tratado internacional.
-El presupuesto de la línea orbital ferroviaria catalana (evita que los trenes pasen por Barcelona) rondará los 4.000 millones de euros, una cifra equivalente a lo que el Ministerio de Fomento invertirá en el Plan de Cercanías.
-Barcelona invierte 3,5 millones de euros en convertir el canódromo de Meridiana en un centro de arte y un parque provisional.
-Sant Boi gasta 5 millones de euros en ‘cines de protección oficial’, con entradas subvencionadas parcialmente.
-Barcelona gasta 667.075 euros en un centro de barrio para la promoción de asociaciones. Todas afines al Tripartito, sin duda.
-450.000 euros para que los barceloneses voten sobre la remodelación de la Diagonal</a>.
-La Generalitat se gasta 95 millones de euros para que la policía autonómica (Mossos d’Esquadra), que ya contaba con excelentes instalaciones, disponga de una sede central de última generación.
-El gobierno catalán destina 646 millones para fomentar (¿?) la responsabilidad social (sic) empresarial.
Hay otros muchos ejemplos que igualmente podrían destacarse. He decidido no incluirlos para no hacer interminable esta relación.
(1) Dado el tiempo transcurrido, algunos enlaces no se insertan al aparecer rotos.
Autor: Policronio
Publicado el 15 de mayo de 2010
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