Y no precisamente con licencia para matar, de momento, pero sí para..., sí no proferir la más absoluta gilipollez, aunar esfuerzos en la propagación y sostenimiento de cualquier desatino, rayano en la estulticia, o en rigor, en la idiocia o imbecilidad, grado máximo de la tontería.
Pase que un lidercito sindical y de provincias, vividor del cuento y para el cuento, la mejor definición de liberado, por otra parte, se permita exhortar a los abuelos, para que el día 29 del corriente, se excusen de recoger a sus nietos en la puerta de la escuela y así cuenten positivamente en la estadística de la huelguita. Que va a ser que no, porque un abuelo español que se precie, de ninguna manera se priva de echar un vistazo al género que acude a buscar a sus hijos o hijos de su dueña, a la puerta del colegio. Que ya van quedando pocas alegrías en esta perra vida.
Pero que todo un heredero del Lenin español suscriba y aplauda esas palabras, es, lisa y llanamente, motivo suficiente para darle el premio de tonto de la década. Dado está.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 18 de septiembre de 2010
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