Como por mucho que se empeñe este gobierno de becarios de la LOGSE, la memoria histórica no es susceptible de ser acotada en un periodo de tiempo determinado, me permito hacer un repaso, de memoria, de lo que significó el socialismo que nos abruma, en los años ochenta y noventa.
La cosa comenzó con un “ni flick ni flock”, pronunciado por la presunta X del GAL, al ser requerido a propósito de un oscuro asunto de financiación ilegal del PSOE, por parte de un grupo industrial alemán, que digo yo que hecho posible por la procuraduría de la socialdemocracia alemana.
Y entre medias, las escuchas ilegales a la oposición. Que en aquella época, como ahora, la constituía toda persona física o jurídica que se atreviera a pensar distinto que la ralea socialista. Aunque no lo dijera. O sea, que bastaba torcer ligeramente el gesto ante cualquier mendruguez partidaria o gubernativa, para ser tachado de facha. Bueno, de ahí para arriba.
Luego la cosa ya se enredó con la sangre y el latrocinio sin compasión ni decoro en las formas. El GAL, fondos reservados, FILESA, caso AVE, expo de Sevilla y un largo etcétera, que incluye asuntos tan deplorables como el caso Roldán, Banco de España y BOE.
Y como dice el título de esto, el GAL tenía una X, y la X su portavoz, el mismo que rompió la legalidad electoral la noche del 13 de marzo de 2004 y que ahora ha sido acomodado en la vicepresidencia del gobierno del último de los perdonavidas de la política española.
Será por ello que la ralea socialista anda entusiasmada: los buenos tiempos siempre acaban volviendo, o sea, que ya están pensando en forrarse. Y no precisamente de lana.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 24 de octubre de 2010
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