Esta portada de Público, diario favorito de ZP, posee una característica bien definida en su línea editorial: No se sabe si es más sectaria o más engañosa en la forma de ofrecer sus contenidos. |
Bajo el titular en su edición impresa de “Caro Papa”, al que añade que “El viaje de 36 horas de Benedicto XVI a Santiago y Barcelona en noviembre costará a los contribuyentes más de cuatro millones”, el panfleto ultraizquierdista Público reincide en sus habituales ataques a la religión mayoritaria de los españoles, la católica.
Plantearé la situación desde el punto de vista liberal de quien aspira al Estado mínimo, como es mi caso: ¿Deben aportar las instituciones ciertas partidas económicas para la visita del Papa? En mi opinión, no. Que seamos los católicos los que sufraguemos el coste que produzca la estancia del jefe de la Iglesia, bien mediante aportaciones previas, bien a posteriori. Pero si se tiene en cuenta que Benedicto XVI es, además, el jefe del Estado Vaticano, entonces debería hacerse lo mismo con cualquier jefe de Estado que visitara España y por lo tanto negarnos a invertir un duro de las arcas públicas. Ya no hablemos de las numerosas delegaciones que acuden a nuestro país con todos los gastos pagados, en cuyos congresos nunca se decide nada de utilidad (más bien se crea tensión) y están destinados exclusivamente a mayor gloria de Zapatero.
Aparte de la cuestión religiosa, de la que cabe afirmar que una visita del Papa a España es siempre alentadora para los católicos (se evidencia en las multitudes que congrega), hay otra forma de enfocar el asunto: la rentabilidad que produce su presencia. Si se tiene en cuenta que el Papa es uno de los personajes más conocidos en el mundo, al que le siguen cientos de millones de personas que se interesan siempre en sus desplazamientos, no cabe duda alguna de que una visita del Santo Padre a España supone una altísima rentabilidad en forma de promoción para los lugares visitados. De modo que los cuatro o más millones de euros que puedan gastarse en esta ocasión se multiplicarán por cien o por mil en beneficios de imagen espiritual y turística. Es decir, dos campañas promocionales de Santiago y Barcelona que aportaran un resultado similar en cuanto a difusión internacional hubiesen costado muchísimo más dinero que la cantidad invertida.
Dejando al margen la torpeza de quienes enfocan la cuestión con la óptica del ateo retrógrado, y por si fuese poco el sectarismo encanallado que el diario Público ofrece a sus lectores, cuyo embrutecimiento ideológico les impide distinguir que beben las palabras del periódico más infame de cuantos hoy en día se editan en España (no en balde es el medio de referencia del pirómano de la Moncloa), veamos una prueba de lo que Público nunca destaca y que, por contraste, nos da la medida de su condición cojituerta respecto a las noticias que convendría difundir: Zapatero dilapida en siete meses 360 millones en subvenciones ‘ideológicas’.
En resumidas cuentas: Público se duele de un gasto de cuatro millones que, de hecho, pueden reportar un beneficio económico muy superior (en realidad, es una buena inversión), sin contar el bien espiritual para los católicos españoles, y sin embargo no se les altera ni una pestaña a sus columnistas ante tanto derroche improductivo como el pirómano viene arrojando a la basura o los bolsillos de sus amigachos. Esta es, pues, la prensa que hay detrás de ZapaCrisis: pura bazofia impresa en papel que será destinado, en el mejor de los casos, a colocarse en la jaula del canario. Todo un espejo de cómo entienden estos fanatizados progres la equidad en las noticias. Claro que… precisamente a causa de esa falta de equidad, hay unos cuantos multimillonarios entre ellos. ¿No, Roures?
Autor: Policronio
Publicado el 26 de julio de 2010
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