Apelativo que, cuando uno se lo gana a pulso, merece ser difundido en toda su extensión. Y no solo por esto. Ello es sólo la gota que colma el vaso.
O sea, que eres un tonto del culo redomado. Un grandísimo tonto del culo al cuadrado. No eres más tonto del culo, porque en tu tontez no entrenas con otros más tontos del culo que tú, tal como este.
Eres tan tonto del culo, que ni siquiera lo de gilipollas te viene al pelo, porque siempre éste, el gilipollas para ti inalcanzable, siempre puede que tenga alguna justificación. Pero lo tuyo es más grave: eres un tonto del culo ontológico, axiomático. Eres un tonto del culo porque no puedes ser otra cosa.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 26 de julio de 2010
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