Los perversos efectos de los paradigmas progres empiezan a percibirse con toda su crudeza. La dictadura de lo políticamente correcto, implacable enemiga de la libertad de expresión, se erige ya como el principal instrumento del zapaterismo para controlar nuestras ideas, nuestras opiniones, nuestros pensamientos. Qué mejor medio además para imponer y hacer realidad ese proyecto de ingeniería social que es norte de su programa político: Todos, absolutamente todos hemos de asimilar acríticamente las pautas y consignas de rigor. Y ay de quien se desvíe mínimamente del camino trazado.
De ahí que el eminente compañero de pupitre del presidente haya decidido tirar de memoria histórica y, en consecuencia, hacer del actual Ministerio de Industria, Turismo y Comercio un remedo del Ministerio de Información y Turismo, su antecedente franquista. Porque este Gobierno, a fuerza de jactarse todos los días de su antifranquismo, acaba rescatando los peores métodos de su denostado régimen. Eso sí, dado que la legislación actual no se lo permite, el señor Sebastián habrá lamentado muy mucho no haber podido imponer la censura previa al modo de un Gabriel Arias Salgado. Así pues, no ha tenido más remedio que conformarse con sancionar con una multa administrativa a una cadena de televisión que, en su intolerable y obcecado empeño en poner en solfa esos convencionalismos y prejuicios que el zapaterismo pretende convertir en verdades absolutas, ¡se ha atrevido a emitir un vídeo que... desaprueba el sagrado e intangible Desfile del Orgullo Gay!
¿Habráse visto semejante afrenta? Pase que haya quien ridiculice a un mendigo en directo, o que incluso provoque un conflicto diplomático burlándose de la pobreza de un país... Pecados absolutamente veniales, máxime cuando sin duda en estos casos se trata de vídeos 'progresistas', viniendo de donde vienen. ¡Pero que esos irreverentes de la ultraderecha opinen sobre ese glorioso festival zeroliano... y que además lo critiquen, cuando el catecismo de la progresía prescribe que sólo cabe dedicarle alabanzas y parabienes!
Ante tamaño delito de lesa corrección política, no hay Estado de Derecho que valga. En consecuencia, como guardián de las esencias que es, el Gobierno, sin esperar a que un juez decida sobre una posible contraposición de derechos, ha actuado de forma inmediata: Condena civil a los sacrílegos, a los que se les aplica la mordaza en forma de multa. Y que cunda el ejemplo.
Autor: Pedro Moya
Publicado el 7 de julio de 2010
Publicado el 7 de julio de 2010
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