Criminales y pena de muerte

Idoila López 'La Tigresa'

Cuando se publicó que el Gobierno iba a conceder ciertos privilegios a la terrorista etarra Idoia López, alias “La Tigresa”, y alegó que ella había mostrado su arrepentimiento por los crímenes cometidos, muchos de los que sobrevivieron a sus atentados o familiares de los asesinados mostraron su escepticismo sobre tal arrepentimiento. Me recordó a lo dicho por el filósofo Gustavo Bueno cuando defiende la pena de muerte para los criminales que lo son a sangre fría: si no se arrepienten de sus actos, son peor que fieras y hay que excluirles de vivir entre nosotros quitándoles la vida, como ellos hicieron con sus víctimas. Y si se arrepienten, sería tal el horror que sentirían hacia sí mismos, que no tendrían otro remedio que suicidarse. Y si no se suicidaran  por no ser capaces por sí mismos, la sociedad debería ayudarles a librarse de tal infierno interior ejecutándoles. O sea, que se mire como se mire, los criminales a sangre fría, no deberían librarse de la pena de muerte. 

Otra faceta del asunto es que cuando el criminal pide perdón, nadie puede perdonarle, puesto que sus víctimas están muertas, asesinadas por él. Los familiares de los asesinados pueden perdonarle o no perdonarle, pero ellos no son los muertos, aunque algunos se hayan quedado muertos de por vida. Cuando el criminal pide perdón, sólo pueden perdonarle aquellos a los que él ha matado de forma vil. Es muy fácil perdonar agravios que se han hecho a otros. “Seremos generosos”, dicen a veces algunos cargos políticos, refiriéndose a los terroristas. Es muy fácil ser bondadoso con los criminales cuando uno no es el que ha sido vilmente asesinado a sangre fría. Estamos en una sociedad muy perdonadora bajo la égida de la tolerancia, pero no se puede confundir tolerancia con pasotismo. Una sociedad que no ha logrado erradicar a una banda terrorista durante casi cuarenta años, es porque es una sociedad enferma que ha dado cancha a una ideología perversa como el nacionalismo.

Autor: Bucan (Firmas invitadas)

Publicado el 31 de julio de 2010