José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española. |
El primer asesinato cometido por los falangistas fue como represalia a unas cuantas bajas padecidas en sus filas a manos de los pistoleros de las Juventudes Socialistas o los comunistas (1), de modo que en sus inicios, a partir de 1933, la Falange lo único que hizo fue defenderse cuando estaban masacrando a sus afiliados. Al poco llegó el Alzamiento, la Guerra Civil y la dictadura franquista, etapas en las que los falangistas se multiplicaron por mil. Y ahí ya hubo de todo. No quiero ni pensar lo que hubiésemos tenido de haber ganado la guerra el Frente Popular: Bastante más que de todo y a grandes dosis.
Sea como sea, lo cierto es que, según la normativa vigente, tan legal es un partido como el otro. Y cuando un partido político es legal a todos los efectos, también lo es para presentar una querella contra el juez Garzón o contra el Lucero del Alba, con la limitación, eso sí, de que esa querella sea aceptada a trámite por el tribunal que corresponda. Lo que así ocurrió en el caso de Garzón ante el Supremo.
Ahora bien, en el aquelarre de ayer en defensa de un juez presunto prevaricador por triplicado, así como en otras muchas opiniones difundidas estos días, se dice que es increíble que el Tribunal Supremo, al que se acusa de complicidad con los torturadores (sic), haya aceptado la denuncia de un partido político, como es Falange Española, que debería ser ilegal si se tiene en cuenta su trayectoria histórica. De donde se deduce que si valoramos el comportamiento histórico del PSOE y del PCE (hoy IU), no cabe ninguna duda de que encontraríamos muchas más razones que con Falange Española para declararlos ilegales.
Tiene guasa, finalmente, que en la juerga sindical que se montó ayer en una Universidad madrileña, no de otro modo puede calificarse a esa reunión de retrógrados totalitarios, la mayor parte de los asistentes, que incluía a un Secretario de Estado, fuesen liberados sindicales. Como se desprende de esta noticia: ‘UGT y CCOO pactaron aportar 500 liberados cada uno para el acto de Garzón’. Queda claro que lo de UGT y CCOO fue en defensa del puesto de trabajo de Garzón, no importa si otros cinco millones de españoles se encuentran poco menos que a pan pedir.
Casilla en la declaración de renta destinada a financiar a los sindicatos, ¡ya!
(1) Ver la serie Contribución a la “Memoria Histórica”: La primera represalia de Falange (I) y siguientes.
Autor: Policronio
Publicado el 14 de abril de 2010
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