Mañana se cumplen 79 años de la proclamación de la Segunda República, 1931-1936/39, uno de los períodos más dramáticos, liberticidas y violentos que ha padecido la historia de España, si se excluye cualquier guerra abierta de las muchas que ha padecido nuestra patria.
Dinamitero izquierdista en la llamada Revolución de Asturias, en realidad extendida inicialmente a toda España, con especial virulencia, asimismo, en Cataluña. |
La República se inició con el asalto al poder tras la conjura de San Sebastián y le siguió un régimen que podría ser calificado de cualquier cosa menos de democrático, donde el terror y la arbitrariedad fueron el denominador común desde sus inicios y a lo largo de sus cinco años de vida, hasta que en febrero del 36 la izquierda asaltó el poder (ya lo había intentado en el 34) y estableció las bases de una dictadura revolucionaria, incrementando notablemente sus actos criminales y aniquilando cualquier opción de libertad real. “Media España no se resigna a morir”.
Condenada sea la II República y vaya mi mayor desprecio a cuantos hoy reivindiquen, por ignorancia o partidismo, la ingente maldad que encerró tan espantoso y tiránico episodio. Despreciados sean, doblemente, los que a sabiendas de que defienden unos ideales aberrantes, sustentados en la intimidación y el abuso, pretenden mostrarlos como un modelo a seguir en nuestros días. República sí, cuanta haga falta y si el pueblo la decide libremente, pero jamás emparentada con la ausencia de valores que se dieron en el anterior período republicano, donde la dignidad o la vida de un ser humano no valían un real.
Autor: Policronio
Publicado el 13 de abril de 2010
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