En el diario ABC, edición de Madrid del día 4 del actual mes de diciembre, página 4, como pie de una fotografía se lee: "ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN". "Comienzan, un año más, los actos conmemorativos del Aniversario de la Constitución española de 1978, con jornadas abiertas en el Congreso y visitas de ilustres para reivindicar la bonanza de 32 años de democracia y libertad…".
Realmente, ¿alguien puede encontrar un solo paso adelante en el bienestar de los españoles debido a la Constitución de 1978 y a la política del Régimen al que debe su existencia? Por más que miro, por más que analizo, no encuentro nada que lo acredite. Como no encuentro correspondencia con la confianza y entrega con que los españoles recibimos al actual Régimen en 1978. NADA se ve que, debido a él, haya supuesto beneficio para los españoles en general y sí mal, mucho mal, para las personas y para la integridad de la Nación.
En ciertos apartados vivimos mejor que hace 32 años: la técnica ha dado pasos de gigante, poniendo al alcance de todos unos artículos que, en otros tiempos, no existían o constituían artículos de lujo fuera del alcance del ciudadano medio. Los talluditos recordareis cuántos coches circulaban por Madrid, allá por los años 60 del pasado siglo. También que tanto en días lectivos como festivos se aparcaba sin dificultad en la Gran Vía de Madrid, entonces Avenida de José Antonio. Primero la Vespa, luego el 600, más tarde el 1200, etc. Es decir, tiempo atrás la técnica también daba cada día un paso adelante.
La Medicina, en todas sus ramas, ha supuesto tal avance que, gracias a Dios (soy cristiano, aunque solo sea por agradecimiento), ha prolongado la vida significativamente, una vida que con frecuencia es sana, activa y útil. Anteriormente, un sexagenario se consideraba una pieza de desecho. Hoy, no es demasiado raro el nonagenario que conduce su coche, estudia, crea y tiene una vida satisfactoria, sin excesivos achaques o, en su caso, paliados por la Medicina.
Ahora bien, ¿algo de eso lo hemos recibido gracias a la Constitución de 1978? Por más que lo analizo, por grande que sea mi buen deseo y, a pesar de la inmensa ilusión con que recibí a nuestro rey al fallecimiento del general Franco, lo que hice convencido de que era un paso adelante en la labor de consolidar la paz y el bienestar que ya disfrutábamos los españoles, nada veo positivo que podamos atribuirle a la Constitución. Al contrario, de la experiencia, del día a día, no se deducen más que males para la Patria y para los españoles.
A pesar de que en 1975 había en las cárceles españolas 7.500 internados, se podía circular por calles y campos, a cualquier hora del día o de la noche, en la confianza de que sufrir un asalto era algo remoto. Actualmente, hay 85.000 presos en las cárceles y el caminar por descampados o a horas avanzadas de la noche es un riesgo que todos procuramos eludir, más las mujeres. Y solo hay 85.000 presos gracias a una fórmula artificiosa: "el detenido, sobre el que pesan 35 antecedentes, fue puesto en libertad con cargos". La inseguridad se ha adueñado de las calles.
La Nación está en riesgo de desmembrarse, en muy grave riesgo, a extremos que creo nunca se llegó a alcanzar. Tiempo atrás, tanto en el antiguo régimen de Franco, como en los primeros años de la Monarquía, se lanzaban vivas a España al paso de las autoridades más representativas. ¿Y ahora? Por lo pronto, quemar banderas de España no es ningún motivo de sanción, como no lo es referirse a ella como "la puta España". Incluso, tenemos a la titular de Defensa, uno de los principales ministerios, que no tuvo el menor reparo antes de acceder al cargo en solidarizarse con quien pronunció la frase en cuestión. Y oficialmente nadie se lo ha reprochado ni le ha supuesto inconveniente alguno para su nombramiento.
En cuanto a la corrupción de los políticos: ¿qué puedo decir de ella que no sea público y notorio? ¿Conocéis muchos políticos que, al cese de sus actividades o al poco tiempo de ejercerlas, no hayan tenido un espectacular incremento en su patrimonio? En el escenario político no se oye ninguna frase que tenga por objeto el bien de la nación. Se reitera una sola palabra: "¡Dimisión!", pronunciada con la única mira de desplazar a los que están lucrándose de los bienes públicos, para hacerlo ellos y si pueden en mayor medida. Y no sigo más, de lo contrario extendería demasiado este escrito.
Solo quiero agregar lo siguiente: Donoso Cortés, en circunstancias no tan graves para España, dijo: "El sino de la dinastía Borbón es fomentar las revoluciones, para morir en ellas". Creo que esta frase no es totalmente cierta. No sé de ningún Borbón de la rama española, que es la que nos afecta, que haya muerto como consecuencia de una revolución. Sí de millones de españoles que han padecido las revoluciones y golpes de Estado fomentados por los Borbones.
Mi saludo a todos, con mi condolencia por esta Constitución y el régimen partitocrático que ha generado. Mi esperanza en un mañana mejor.
Autor: Rogelio Latorre Silva
Publicado el 6 de diciembre de 2010
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