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Por qué razón debe un ayuntamiento empadronar a un ‘sinpapeles’ si al hacerlo se inicia un sinfín de gastos (y de riesgos a cual más grave) que debemos pagar (o asumir) entre todos los españoles: Sanidad, educación, transportes, servicios sociales, alojamiento, manutención, incremento de la delincuencia, etc., etc. ¿Por solidaridad? ¡Falso! ¿Por necesidad de una mano de obra que acabará regularizada? ¡Más falso todavía!
Debe hacerse, y así lo explica este gobierno de socialistas y menesterosos intelectuales (valga la redundancia), simplemente porque la ley lo exige. Una ley pensada con el dedo gordo del pie izquierdo, que es la parte instruida de todo marxista, y destinada a crear artificialmente, a medio plazo, tres o cuatro millones de votantes del PSOE, partido político que ha venido experimentando, desde el año uno de su fundación, la angustiosa necesidad de asaltar el poder o mantenerse en él, no importa qué método se utilice para ello. Eso sí, a condición de que sean otros los que paguen las consecuencias. ¡Porca miseria!
Que quede claro: Si realmente se quiere actuar con solidaridad hacia esos cientos de miles de ‘sinpapeles’ (por no hablar de millones), muchos de ellos destinados a pasar media vida en la marginación más absoluta o a practicar la delincuencia como único recurso de supervivencia, lo mejor sería no ya negarles el empadronamiento, sino directamente impedirles la entrada en España e iniciar al mismo tiempo una política realmente seria de mano de obra regularizada, puesto que no siempre tendremos a Zapatero ejerciendo de Atila social y por lo tanto es de esperar que el empleo se incremente alguna vez.
La política que debe seguirse es aquella según la cual el emigrante disponga de un permiso de trabajo antes de que salga de su país de origen y de ese modo sepa que al llegar aquí será un trabajador más, no carne de socialismo como es ahora. En resumidas cuentas, quede claro igualmente que la ley zapaterina que obliga al empadronamiento es la típica ley inmoral, como tantas otras, envuelta en falsedad propagandística de justo lo contrario a lo que argumenta: Solidaridad.
Autor: Policronio
Publicado el 21 de enero de 2010
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