Prisa ha representado lo peor del felipato a lo largo de la Transición y la calamitosa etapa democrática protagonizada por la izquierda corrupto-sarmentosa en lo moral y lo ideológico. También ha supuesto, al menos inicialmente, el respaldo al lado oscuro del arbitrario régimen zapaterino, al que catapultó al poder mediante unos “terroristas suicidas” y otras falsedades, incubadas "casualmente" en el mismo avispero, que se propalaron siempre en forma de sucias consignas con las que en los momentos clave, desde 2002 en adelante, no dejó de arengarse a la manifestación callejera y en contra del período de reflexión o de la ley. Por eso Prisa, dicho a modo de resumen de apremio, pasará a la historia de los medios de comunicación y de la infamia como la madriguera de cuanta mentira periodística y fervor interesado, con el añadido cínico de ciertas ínfulas éticas y libro de estilo, han narcotizado a nuestra España en la presente generación y la han embadurnado de un izquierdismo de garrafa que no soporta el más leve análisis histórico, intelectual o decoroso.
Ahora Prisa parece tener los días contados al haber pretendido cobrarse a un precio excesivo, de extrema codicia, los favores al poder social-zapaterino —no confundir con el socialismo occidental—, menospreciando de paso a quien le daba la sensación de niño desvalido y que ha venido a ser el más implacablemente radical de nuestros gobernantes. Precio que se fijó en dictarle a Bambi, usualmente a través de los editoriales de El País y de los conchabeos en la residencia del “Grande Padrone”, qué debía hacerse en cada momento. Y así ocurrió hasta mediados de la anterior legislatura, cuando se vio que el beneficiario de las proclamas radiofónicas y las columnas de opinión, siempre laudatorias a la par que amenazantes, tomaba su propio camino y se echaba en brazos de...
Pero en los tres último años, muy especialmente a partir del fallecimiento del Capo, la situación prisaica ha sido todo un engordar (la deuda) para morir. Y en estos momentos, a menos que logre renovar por cuarta o quinta vez un crédito en buena parte internacional, tres mil millonario en euros, los bancos tocarán a rebato y Prisa será troceada y luego vendida al mejor postor, lo que podría ser la mejor noticia de las tres últimas décadas para la democracia si no fuese porque los de Janli, que sigue independiente de la mañana porque lo suyo más bien es lo lóbrego de la noche, ya tienen un fornido relevo, aún más radical y con menos escrúpulos: Mediapro, grupo de empresas al que la ética y el libro de estilo se la traen al pairo.
Autor: Policronio
Publicado el 31 de marzo de 2009
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