Acaba de escenificarse en Barcelona, a través del vicepresidente felpudo —nasío pa claudicá— y de un auténtico converso al nacionalismo pancatalanista, un tú a tú entre el presidente del gobierno regional de Cataluña (una parte menor) y el representante de la Nación española (el todo). Sí, ya sé que lo de nación es un decir fascistoide, con perdón.
Como en toda representación que se precie, el decorado y la tramoya cumplieron a la perfección con su papel simbólico. Así, no hay más que comprobar que la bandera catalana es mayor que la española, lo que da idea de la superioridad que se conceden a sí mismos los miembros del Tripartito catalán, entusiastamente dispuestos a persistir en el chantaje a Zapatero —lo cual carece de mérito alguno— a sabiendas de que el chantajeado es un tipo de lo más pusilánime que aceptará lo que sea con tal de seguir en la poltrona.
Y así ha salido del encuentro el Vice-felpudo, asegurando a grito pelado que ese estatuto tan liberticida, parido a medias entre el antidemócrata ZP y el nazi Mas, es intachablemente constitucional.
También se anuncia, a propósito de gestos simbólicos, que Mariano Rajoy asistirá mañana a la recepción que Montilla ofrecerá con motivo de Sant Jordi, festividad considerada uno de los aquelarres anuales del nacionalismo catalán.
¡¡Sálvese quien pueda!!
Autor: Policronio
Publicado el 22 de abril de 2009
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