Hecho, la ministra Chacón lo ha logrado: el Ejército pasa a la clandestinidad y ni siquiera desfilará en el Día de las Fuerzas Armadas. Solamente una fracción muy reducida de nuestras tropas, que supongo irán precedidas por una gran pancarta pacifista, en la que se pida perdón y que probablemente estará diseñada por algún ex asesor de José Bono, el antiguo ministro de Defensa que prefería morir a matar, desfilará ante los cántabros el próximo 31 de mayo en Santander. El texto quizá no difiera demasiado de este: “Somos el Ejército de España, rogamos disculpen las molestias por ser Ejército y por ser de España”.
Tras la pancarta, que irá portada por los edecanes militares encargados de llevarles el bolso y el abrigo a la ministra, una compañía de zapadores sin fusiles que irán seguidos, para vigilarlos por si acaso, de un batallón armado hasta los dientes de la Unidad Militar de Emergencia en uniforme de gala, es decir, disfrazados de bomberos.
Cerrando el cortejo, en lugar de la Legión marchando con su característico paso, dos o tres carrozas cargadas de flores y afeminados en pelotas, que aprovecharán para rodarse con vistas al día del orgullo gay del mes siguiente. Cabe una duda, no obstante, sobre si la ministra Chacón asistirá al desfile en miniatura o preferirá irse a comer a Lisboa, como hizo cuando el homenaje a la bandera de España el pasado día de la Constitución.
Eso sí, el paripé que se prepara para el 31 de mayo, argumentado en la falta de presupuesto para nuestras FFAA, ya que el derroche a manos llenas debe ir destinado a subvencionar a los de la ceja y los sindicatos, estará presidido por ese personaje que las malas lenguas aseguran que se trata del rey de todos los españoles. Supongo que será así, pero en cualquier caso de los pocos españoles que vamos quedando. No me extraña nada que una de las infantas acabe de anunciar que se marcha con su marido y sus hijos a vivir a Washington. Urdangarín ha recibido una oferta de Telefónica que no ha podido rechazar, sin que haya contado para nada el asalto de los nazis a la vivienda familiar de la infanta en Barcelona y el trato cada vez más grosero que los separatistas republicanos les han ido mostrando.
De seguir en la misma línea de ninguneo a nuestro Ejército por parte del socialismo zapaterino, no sería de extrañar que la siguiente imagen reflejase una situación real dentro del ministerio de Defensa:
Autor: Policronio
Publicado el 23 de abril de 2009
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