domingo, 14 de octubre de 2018

Me produce cierta perplejidad el hecho...

Bandera de la II República.

...de que la sociedad española parezca encantada con la democracia y, sin embargo, abomine de la república como forma de provisión de la jefatura del estado, que no es otra cosa. Se dice que ello se debe al hecho de que las dos experiencias republicanas han resultado un desastre, de ello se deduce, impepinablemente, que a la democracia le ha ido mucho mejor entre nosotros, o a nosotros con ella. 


Sin embargo, de auténtica democracia plenamente representativa sólo podemos hablar desde la instauración del sufragio universal en las primeras cortes de la segunda república, en las cuales, sólo una mujer, Clara Campoamor, defendió el voto femenino, frente a Margarita Nelken y Victoria Kent. Y no digamos cómo se desenvolvió y en consecuencia acabó la doble experiencia: la republicana y la democrática. 

Cuarenta años después, con la aprobación de la Constitución de 1978, dudosamente vigente, se instauró una nueva monarquía en detrimento de la república, inaugurándose un nuevo periodo democrático que, si bien nos ha servido para homologarnos, si quiera de forma nominal, con los países de nuestro entorno y ser miembros de pleno derecho de clubes internacionales, donde venir de un país democrático es una exigencia, sin embargo, no ha cumplido mínimamente las expectativas si lo analizamos con un mínimo de rigor.

Ustedes dirán.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 16 de agosto de 2009

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