Después del parón del uno de agosto, propiciado por la necesidad de recuperación del aliento, tras la celebración de la fiesta de la Pandorga, que empieza en honor de Nuestra Sra. del Prado y acaba en diversas ofrendas a una buena lista de dioses griegos, más inclinados al vicio y la perdición, me apresto a darle un repaso a la prensa, por la cosa de ponerme al día en la lista de infamias que nos acechan. Que no otra cosa es un periódico.
Y es en ello, que me entero de que a un humilde padre marroquí y musulmán, observador estricto de las enseñanzas del profeta, se le ha ido la mano con su hija, a la que asestó veinte puñaladas, por aparecer en una fotografía con un infiel. Lo cuenta Minuto Digital [enlace roto]
Visto lo cual, le doy un repaso a la prensa de progreso, por ver de encontrar un artículo, columna, nota o un buen pedazo de “abajofirmantes”, donde se muestre una condolencia con la injustamente atacada y de paso se ponga a caldo al padre, que es lo que procede y sucede cada vez que a un progenitor o esposo blanco y católico le da por imponer su ley y orden entre las féminas de su entorno.
Debe ser que para la jarca progresí, el espíritu protector de las mujeres, que subyace en las innúmeras leyes anti varón, que mancillan nuestro ordenamiento, no rige, cuando se trata de las barrabasadas, que a bien tienen cometer los súbditos del último primo del Rey.
Mucho miedo y muy poca vergüenza.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 2 de agosto e 2009
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