viernes, 26 de octubre de 2018

La lanza ecuatoriana, alegoría del instinto desaprensivo de Carod


"El Estado soy yo", dijo el rey Sol en una de esas frases que pasarán a la posteridad como modelo de instinto desaprensivo. La lanza sin duda es para mí, debió de pensar Carod-Rovira, trescientos años más tarde, cuando un jefe indígena ecuatoriano le entregó cierta artesanía para que la hiciera llegar al pueblo de Cataluña. Carod prefirió quedársela, al fin y al cabo la ‘nación’ catalana es él, pues no en balde le tiene subido en uno de esos pedestales donde cualquier decisión que tome debe acatarse como si de un rey absoluto se tratase. Y luego resulta, paradójicamente, que un vulgar chorizo como Carod se llena la boca con esta frase: “España nos roba”.

Según nos cuenta hoy e-notícies, "el jefe Shuar, Luis Kuash ha pulido personalmente una nueva lanza y, después de varios días de trabajo, la ha mandado al pueblo catalán a través de El Mundo, que ayer recibió el envío. El líder nacional de la tribu de los Shuars que regaló una lanza al vicepresidente del Govern, Josep-Lluís Carod-Rovira, durante el viaje de este a Ecuador el pasado mes de marzo declaró que el objeto era para "el pueblo catalán" y no para el vicepresidente. "En el pueblo Shuar, las insignias se dan a una autoridad, porque representan a una institución. Si me da algo como presidente de la Federación Shuar, no puedo llevarlo a mi casa o a mi habitación", explicaba Luis Kuash, líder nacional del pueblo Shuar, tras saber que la lanza que le regaló al vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, no está ni en un museo ni en ningún otro lugar público a disposición del pueblo catalán, sino en el estudio particular de Carod".

Por otra parte, Carod no deja de dar muestras de un criterio de lo más despótico, a la par que partidista y tan propio de cualquier cismático de su misma calaña. Se desprende así de otras dos manifestaciones suyas que igualmente recoge el medio digital antes aludido:

1) Ante la pregunta que se le formula respecto al sueldo de 106.000 euros de Miquel Sellarès como máximo responsable de la Fundación Centre de Documentació Política, Carod-Rovira se limita a contestar: "Cobre lo que cobre está bien cobrado". 

2) Y en cuanto a la pregunta sobre si pensaba asistir a la beatificación de Josep Sansó, sacerdote diocesano y arcipreste de la Basílica de Santa María, que fue encarcelado y ejecutado el 1 de septiembre de 1936 durante la persecución religiosa que tuvo lugar durante la Guerra Civil, la respuesta de Carod no deja lugar a dudas sobre su radicalidad sectaria: “Soy el Vicepresidente e iré donde quiera”. Naturalmente no fue, como luego se comprobó a través de esta crónica del ABC. Y eso que la beatificación se produjo en Mataró, a unos pocos kilómetros de su despacho oficial.

Juzguen ustedes mismos si un personaje así es digno de ocupar uno de los cargos ejecutivos más altos del gobierno catalán. 

Autor: Policronio
Publicado el 27 de enero de 2010

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