El filósofo Gustavo Bueno argumenta en esta entrega los tres tipos de fundamentalismos que a su juicio se dan. En su desarrollo incide, sobre todo, en el fundamentalismo miserable, que atribuye a personajes como Cebrián, González o Estefanía. Luego habla del contrafundamentalismo, que vendría a ser una cuarta característica y la define como la posición que precisamente se opone al fundamentalismo democrático. En el último tercio de este capítulo aborda el tema del Poder Judicial, y ejemplifica lo que denomina corrupciones aparentemente no delictivas mediante el caso del juez con complejo de Jesucristo, característica que le adjudica a Garzón.
Autor-Compilación: Policronio
Publicado el 1 de febrero de 2010
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