Si tomamos el escaso 30% de votantes en las consultas de la señorita Pepis para la independencia de Cataluña, puesto que un referéndum es algo muy distinto, y pasamos esos votos por los filtros adecuados, el resultado final introduce de lleno a los separatistas en el ridículo más espantoso. Nótese que en el mayor municipio que intervenía, Sant Cugat del Vallés (desde siempre un feudo pujolista), la participación apenas rebasó el 25%, con un 5,37 por ciento de votos contrarios, un 1,24 por ciento nulos y un 1,14 en blanco. Simplemente, la han ‘cagao’. Veamos algunas razones:
1. Han hecho una pregunta tramposa en la que el texto dice así: “¿Está de acuerdo en que Cataluña se convierta en un estado de derecho, independiente, democrático y social, integrado en la Unión Europea?”. Lo más llamativo es lo último, porque dan a entender que una posible secesión de España no les afectaría para nada respecto a Europa. Vamos, que todo seguiría igual y que si acaso que se vaya España de la UE, que un poco más y lo añaden a la papeleta. Por otra parte, ¿quién no desea que en Cataluña se den cita el derecho, la democracia y los valores sociales? Lo desea cualquiera que sea consciente de que en más de 30 años de nacionalismo no ha existido la democracia en Cataluña. Y junto a esa falta de democracia, sustituida por el adoctrinamiento más feroz, ni el estado de derecho ni los valores sociales han tenido presencia alguna en esa región española, comenzando por la libertad.
2. Han permitido votar a los mayores de 16 años, cuando la edad legal para pronunciarse en este tipo de consultas es de 18 años y ocurre así prácticamente en cualquier parte del mundo. Luego aquí habría que descontar unos cuantos votos adjudicados a pandillas de ‘escamots’ (juventudes nacionalistas), fanatizados por los radicales que han impulsado este paripé. No sería de extrañar que en las próximas consultas esos niñatos se personasen vestidos con correajes.
3. Han permitido votar a los emigrantes (más de un 17% del censo), y para ello ha bastado la simple inscripción en el padrón municipal, no importa que muchos de esos emigrantes fuesen ilegales a todos los demás efectos. Se ha dado el caso de poblaciones, como Alcarrás en Lérida, donde los emigrantes fueron los que más votaron. No es de extrañar cuando las consejerías de ERC en el gobierno de Cataluña no cesan de subvencionar y mediatizar a cualquier colectivo de extranjeros, estén regularizados o no. Un padrón municipal, por cierto, ilegalmente adquirido (o facilitado) en los ayuntamientos y que constituye una razón, por sí sola, para que la Fiscalía del Estado abriese expediente a más de un alcalde. Claro que, para algo así, haría falta un Gobierno que no estuviese plagado de traidores y vividores.
4. Han instalado las mesas de votaciones al más puro estilo batasuna, a veces en la calle, con las papeletas y las urnas bajo cien ojos interesados en conocer qué votaba cada vecino. De ahí que la mayor participación se haya dado en los pueblos más pequeños (donde han pasado lista), donde el SÍ haya ganado con un 95%. Y aún así, casi un 4% ha dicho NO, que supone una auténtica heroicidad, casi un 2% ha votado en blanco y un 1,34% han resultado votos nulos, o sea, que unos cuantos cientos de votantes (2.680) los han mandado a tomar por saco. No hace falta ni mencionar otras muchas irregularidades, como podría ser el caso de llevarles las urnas a sus casas a determinados votantes.
5. Todos los partidos mal llamados nacionalistas, que en realidad son separatistas, han apoyado y fomentado la consulta, con múltiples declaraciones a favor de supuestos intelectuales y otros personajillos, como pueda ser el nefasto Laporta. Los del PSC han mirado para otro lado o sencillamente, por puro interés electoral, han sido cómplices de este escándalo político. Los medios de comunicación catalanes, tan sordomudos cuando de la defensa de la libertad en Cataluña se trata, se han volcado durante varios días en darle máxima publicidad al aquelarre nazi.
6. Finalmente ha venido un recuento sin ningún tipo de control, en el que se dice que ha participado un 30% del ‘electorado’ (dan 200.000 a bulto, que es menos del 30%). Y para que los demócratas creamos que algo así es cierto, estos nazis catalanes aseguran que la consulta ha estado supervisada por observadores internacionales. ¿Quiénes eran esos observadores? Miembros europeos de todos los grupos independentistas habidos y por haber: escoceses, corsos, belgas, irlandeses, etc. Sin que haya faltado, ¡pásmense!, un buen puñado de batasunos dando fe del resultado.
En resumen, mediante el uso de las más viles tretas y con todo a favor, digamos que sólo un 15 % de catalanes con auténtico derecho a voto, una vez filtrado el cambalache, se ha pronunciado a favor de la independencia. Menudo escándalo pagado por todos (la subvención a estas asociaciones independentistas no puede ser más generosa) para llegar casi a la misma conclusión que las encuestas elaboradas por la ‘Generalitat’: Después de varias décadas de lavado de cerebro hay un 16% de ciudadanos en Cataluña que solamente se sienten catalanes. De ahí que Artur Más, que las conoce bien, llegase a declarar recientemente que no era el momento de un referéndum para la independencia. Más que nada porque lo perdería, y así lo dijo.
Texto: El Corregidor (Firmas invitadas)
Publicado el 14 de diciembre de 2009
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