Hemos esperado hasta este momento, cuando al 2010 ya no hay quien lo pare (que el cenizo ZParo que nos ha caído en suerte es capaz de todo y nada estaba claro), para desearos mucha resignación en este año recién estrenado. Porque sólo resignándose uno y al mismo tiempo dedicándose a diseñar proyectos que podrían ejecutarse a partir de 2012 (máximo en marzo), es posible lograr alguna gota de esa felicidad que tanto se desea en estas fechas. Del deseo de prosperidad que suele acompañar a la felicidad, ya ni hablemos, ¡descartado!, para qué molestarnos si la prosperidad sólo podrán alcanzarla los que en 2010 sigan subvencionados.
En cualquier caso, ¡Nuestros mejores deseos para todos vosotros en 2012!
Equipo Batiburrillo
Publicado el 1 de enero de 2010
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