miércoles, 3 de octubre de 2018

El nazi Tardá no es un payaso

Tardá es un político nazi —en cualquier sentido que uno le aplique al término nazi— al que algunos consideran un payaso dispuesto a dar siempre la nota y a sembrar cuanto odio es posible en contra de la Nación española.

Pero no seamos ingenuos, no es así, Tardá tiene poco de payaso y no hace más que reflejar en el Parlamento cuanto aborrecimiento escucha en la sede de su partido, ERC. 

Un partido que se ha venido significando, desde su fundación, por la falta de valores democráticos y la apología no ya del golpismo, que llegó a practicar en el año 1934, sino de la violencia continuada contra todo lo que se interponga a sus escabrosos fines: Una república independiente, de extrema izquierda,  formada por varias regiones españolas y un territorio en el sur de Francia que atendería al nombre de Països Catalans. 


Tardá, como tantos de esos inmorales sujetos amadrigados en su partido, entre los que se cuentan unos cuantos terroristas de Terra Lliure, debería ser considerado enemigo de España por cualquier demócrata y, como tal, declarado no grato allá por donde vaya pasando. No digo que se le invalide para el cargo de parlamentario, porque ha sido elegido en las urnas y el voto de los ciudadanos es poco menos que sagrado, pero a este individuo debería negársele el pan y la sal en cuanto saliera del Congreso de los Diputados. Su condición de terrorista verbal lo hace necesario. También su pertenencia a un partido que, desde el gobierno regional, sistemáticamente incumple la ley en Cataluña.

Si el gobierno socialista fuese algo más que una banda de amigachos dedicados en cuerpo y alma a conservar las poltronas, ya habría dado instrucciones al Fiscal General para que presentase una solicitud ante el Supremo a fin de abrirle un expediente a Esquerra de cara a su ilegalización. No por lo que puedan llegar a pensar o a proponer en el terreno de la independencia de Cataluña, que al fin y al cabo cualquier idea es admisible, sino por unas actuaciones que a lo largo de los años se han venido demostrando contrarias a la democracia. ¿Ejemplos? No hay más que teclear dos palabras en Google: “Esquerra” y “violencia”, y salen 138.000 casos que en una democracia auténtica hubiesen bastado para ilegalizar hace tiempo a ese partido totalitario. Es más, si se empareja a ERC con las palabras odio, chantaje, coacción, malversación, derroche y un largo etcétera, la muestra de actos ilegales que cabe atribuirle a los nazis de Esquerra es simplemente de escándalo.

Un detalle final para los listos: Si se teclean en Google las palabras “PP” y “violencia” salen 2.620.000 casos. Sólo que la inmensa mayoría de ellos vienen referidos a denuncias formuladas por los populares, a menudo contra comportamientos ilegales de Esquerra o de sus juventudes, cuyos “escamots” se significan casi siempre en tal sentido.

Autor: Policronio
Publicado el 30 de abril de 2009

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