Es sabido que Extremadura es la región más pobre de España. Por supuesto que no me refiero a la falta de riquezas naturales, gastronómicas, paisajísticas o monumentales, que en tales aspectos los extremeños tienen para dar y vender a paladas, sino a la disponibilidad de renta por habitante, que es la más baja desde hace mucho tiempo entre todas las regiones españolas, de ahí que necesiten ayuda y bien que me parece prestársela a condición de que se invierta con un mínimo de sensatez.
Es sabido que Extremadura es una de las regiones que mayor desempleo posee y además se sitúa entre las primeras donde más se incrementa el paro, con 108.664 parados en marzo de 2009 (datos INEM), lo que supone un 38,06% de aumento en relación al mismo mes del año anterior.
Es sabido que Extremadura, junto con Andalucía, es una de las regiones que cuentan con el beneficio (¿?) del Plan de Empleo Rural —en la actualidad Plan de Fomento del Empleo Agrario (PFOEA)— , más conocido como PER, que es un subsidio agrario creado por Felipe González en 1986 para, en teoría, mejorar las condiciones de vida de determinadas comarcas rurales andaluzas y extremeñas y en realidad destinado al voto cautivo. Desde la fecha de su puesta en funcionamiento, ambas comunidades han recibido unos 3.500 millones de euros.
Es sabido que Extremadura es la región española que posee un mayor número de funcionarios públicos por cada 100 habitantes, nada menos que 8.4, mientras que otras comunidades no llegan a 4 por cada 100 habitantes y aún así cualquiera diría que funcionan mejor.
Es sabido que Extremadura, a través del Fondo de Compensación Interterritorial (además de otros fondos como el FEOGA, etc.), es una de las comunidades donde llega más dinero procedente del resto de las regiones españolas y de la Comunidad Europea. Es decir, bastantes ciudadanos de nuestra patria cubren una parte de las necesidades de los extremeños. Y bien que me parece a condición de que nuestra ayuda se invierta con un mínimo de sensatez.
Sin embargo, lo que ya no resulta tan conocido es el destino que el gobierno de Extremadura le viene dando a determinadas partidas de dinero. Así, vimos como en el año 2007, aún en tiempos de Rodríguez Ibarra, el gobierno extremeño se dedicó a financiar la publicación de imágenes pornográficas con Jesús y la Virgen María como protagonistas.
O como denuncia UPyD en este mismo año 2009, los puestos de trabajo creados para la aplicación de la Ley de dependencia han sido adjudicados a dedo entre gente sin la capacidad adecuada y valorando sobre todo la "confianza, afinidad y proximidad políticas".
Igualmente, desde esa costosísima televisión autonómica extremeña que pagamos entre todos, no hay programa que no se utilice en atacar a la Oposición o en coartarle la libertad para expresarse, como sucedió cuando una presentadora de la televisión de Extremadura cortó al candidato del PP cuando mencionó el chantaje de ETA, lo que por entonces no le convenía a un ZP entregado de lleno a la negociación con la banda de asesinos etarras .
Y qué decir, a propósito del despilfarro de un dinero que la Junta extremeña no posee, de esos 180.000 euros que gasta al día en publicidad y que en buena medida va destinado a silenciar a los medios. Y así podría seguir, mediante una larga ristra de datos a cual más representativo de lo que no debe hacerse, ejemplificando el derroche y mal gobierno de los socialistas extremeños, nada extraño, por otra parte, si de socialistas se trata.
Pero si hay algo que clama al Cielo y que en realidad es lo que ha motivado la redacción de este largo artículo, es el hecho de que los miembros de la Junta de Extremadura, tan socialistas ellos y tan partidarios del “todo vale” —recordemos que el dogma de la izquierda es que no hay dogmas—, no contentos con las malversaciones del erario dentro de su propio territorio se dediquen ahora, en un rizar el rizo de la defraudación a propios y extraños —contribuyentes extremeños y cooperadores foráneos—, a financiar mariconadas —tal cual, mariconadas— destinadas a las escuelas chilenas.
A tal efecto, y puesto que al parecer lo que sobra es el dinero, el gobierno socialista extremeño no ha tenido reparos en contribuir al pago de una guía que fomenta la homosexualidad y que va destinada a los escolares chilenos, según puede apreciarse en la página 2 de la propia guía:
Producción: Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)
Diseño: Gonzalo Velásquez
Auspicia: Cooperación Extremeña (Junta de Extremadura)
Colabora: Fundación Triángulo (Extremadura)
Recordemos que MOVILH es una asociación chilena que se atribuye la condición de “brazo político de las minorías sexuales” y que, según la citada guía, “el 10% de la población es homosexual y la culpa de la discriminación hacia los homosexuales es de la Iglesia Católica”.
¡Ah!, se me olvidaba: Respeto total y absoluto para cualquier persona de condición homosexual, se considere o no “liberalizado” como propugna MOVILH. Pero mariconadas las justas, al menos con la parte de mi dinero que llega a Extremadura y malversa su gobierno.
El manual completo, de 32 páginas, con todo lujo de detalles y editado en una calidad altísima (en cuanto a diseño), lo que sin duda supone una inversión nada despreciable para una primera tirada de 10.000 ejemplares, puede descargarse en PDF desde este enlace.
Autor: Policronio
Publicado el 25 de abril de 2009
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