Cuatro palabras con don Francisco Ayala (In memoriam)

Don Francisco Ayala, uno de los más grandes y prolíficos escritores españoles. 

Conocí a don Francisco Ayala en la isla de La Palma, allá por el año 1993. Recuerdo que permanecía solitario, sentado en un banco de esa plaza que hay cercana al Cabildo insular, donde algunos ejemplares de dragos y palmeritas enanas hacen que te fascines.

Ejercía yo de paseante y él, como es lógico, respondía al arquetipo de espectador pensativo que con nostalgia contempla el paisaje del puerto o del colérico Atlántico, un océano que en la “isla bonita” puede llegar a ofrecernos mar gruesa en plena costa, tal es la caída casi vertical de su fondo marino.

Crucé dos veces frente a don Francisco, haciéndome el distraído, quería asegurarme que fuese el gran escritor liberal. Era menudo y arrugado, porque entonces contaba ya con muchos años. Me decidí y acabé acercándome a él, al principio con la intención de situarme al otro extremo del banco.

-Es usted de aquí, joven —me preguntó.

-Como si lo fuese, don Francisco, porque hace varios años que vivo en la isla y me la he recorrido palmo a palmo.

-Vaya, parece que me ha reconocido. Siempre es un halago.

-El halago es intercambiar unas palabras con usted.

-Muchas gracias, joven. Le iba a preguntar si hay algún transporte que pudiera llevarme al hotel que hay al final de este paseo marítimo…, pero veo que llega mi coche. 

-Que pase un buen día, don Francisco. Y que disfrute de su estancia en La Palma.

-Lo mismo le deseo, joven.

Don Francisco Ayala se marchó y perdí la oportunidad de mi vida para charlar a fondo con uno de los grandes. Ayer, sin embargo, su partida fue para siempre, si bien nos dejó una obra copiosa y estimable y todo un dechado de bonhomía.

PD: Esta es una excepción a mi período sabático. Qué menos con tal de rendirle tributo al gran escritor granadino. 

Autor: Policronio

Publicado el 4 de noviembre de 2009