Gente de "progreso". |
Dejando de lado otras consideraciones, lo que caracteriza o adorna a cualquier progre de cualquier rama es la manía compulsiva de decirle a todo el mundo lo que tiene o no tiene que hacer. No digamos ya sí es de la rama sandía o feminazi, cuando les da por los coches cuatro por cuatro o por los calendarios calientes, respectivamente.
Ahora, en plena efervescencia de ese nacional-laicismo, alentado desde la cúpula gubernamental por un otrora favorecido del nacional-catolicismo antañón, ya era raro que la rama tonti-laicista de la gente progresí no aportara su granito de arena, en procura del advenimiento de la estupidez absoluta. Que es de lo que se trata.
El caso es que a esa pandilla que se hace llamar liga de la laicidad, seguro que integrada por los mismos que la antitaurina, porque estos anhelos van en un “tojunto”, no se le ha ocurrido otra cosa que exigir a los políticos en general, con ese candor tolerante que caracteriza a la gente de progreso, que no se les ocurra ir a la misa de Rouco.
Que yo sepa y de momento, la gente de progreso se entretiene haciendo el payaso con el bautismo, primera comunión y confirmación laicos, no habiéndose atrevido, todavía, con una misa laica, donde se ensalzara, que se yo, a los ilustrados-iluminados franceses, con retransmisión conjunta y en directo de la cuatro y de la sexta, amenizada con música de Mozart que, además de masón, era un perfecto mamoncete.
De modo que, mientras a Sor Iñaki se le ocurre algo, habrá que conformarse con Rouco.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 20 de junio de 2009
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