La gracia de estos vendedores de estiércol, actividad a la que se dedican los del Jueves, me recuerda lo sucedido con el hermano del ex ministro López Aguilar, cuando hizo un dibujo o comentario en el que aseguraba que al entonces presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, le había tocado la lotería en el asesinato de sus familiares. Toda una infamia que debería haberle supuesto al menos una buena reprimenda judicial a Sorrocloco, alias del hermanísimo del ministro de Justicia, pero que acabó en nada, como hoy sabemos, tras unas diligencias judiciales de lo más cercanas al paripé.
Esta vez parece algo más serio, puesto que Federico es víctima directa del terrorismo, si bien la mala leche de los “graciosillos” no es muy distinta. Y es que se odia mucho a Federico, quizá en la misma proporción que las verdades que profiere. Y los que más se molestan ante sus palabras, como es lógico, son los que han decidido vivir (y ganarse las habichuelas) al margen de toda ética, caso claro de los “intelectuales” del Jueves. De ahí que estos malnacidos se estén frotando las manos al considerar que cualquiera que aborrezca a Losantos comprará la revista.
Del blog de Elentir, que también trata el asunto, extraigo este párrafo: “El Artículo 578 del Código Penal indica: “la realización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares se castigará con la pena de prisión de uno a dos años”.
Ahora bien, yo no denunciaría a los del Jueves, me limitaría a dejarles revolcarse en sus propios detritos, y privarles así de la propaganda adicional que supondría una demanda de Losantos, quien, por otra parte, se cargaría de razones al inhibirse y pagarles con el desprecio.
Autor-compilación: Policronio
Publicado el 14 de enero de 2009
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