Hace tiempo que puse al diario de Pedro Jota en cuarentena, no es que las noticias que ofrece El Mundo me parezcan especialmente manipuladas, que en ese aspecto hay unos cuantos medios que lo superan con creces. Lo que me mantiene avizor, y en no pocas ocasiones indignado, es el tratamiento desigual, a veces mezquino, que El Mundo le da a ciertas informaciones que pudieran restarle algo de esa falsa postura de centrismo, frecuentemente filo-progre, en la que se diría que desea mantenerse y cuya síntesis, de precisar definirla, no quedaría excesivamente alejada del clásico “una vela a Dios y otra al diablo”.
Me apetecía bastante conocer qué había ocurrido en la manifestación anticastrista del pasado domingo, por tal motivo me ocupé durante dos días, 1 y 2 de febrero, en repasar diversos medios digitales, entre ellos el diario El Mundo. Quería comprobar qué trato informativo le daba a la manifestación en contra de la tiranía asentada desde hace 50 años en Cuba. El mismo domingo no sacaron la noticia de esa manifestación, lo que ya me dejó bastante perplejo. Y ayer lunes, sobre las 10 de la mañana, tampoco aparecía ningún dato en portada sobre la protesta a favor de la libertad en Cuba. Los demás diarios, con mayor o menor despliegue, sí la incluían.
No es que la referencia a la manifestación se omitiese en la primera página —guardo una captura de pantalla por si acaso—, sino que tampoco pude ver dato alguna en otras de sus secciones habituales, incluyendo esa cosa rara que llaman “Solidaridad” —no sé con quién—. Tuve que irme al apartado de “Opinión”, que desde hace poco ofrecen en abierto —lo que no todo el mundo sabe—, para leer el lunes, día 2, un editorial bastante extenso sobre la contra manifestación del sábado, día 31, a favor del régimen cubano. Es decir, mantenían lo que se había escrito sobre un suceso de dos días antes y, en honor a la verdad, ese editorial era bastante crítico con la izquierda (la vela de Dios). Lo cual tenía una pinta extraña, como si hubiesen despedido ya a más de un editorialista y al que le tocaba escribir el domingo se hubiese puesto malito.
Otro detalle que me ha extrañado es que El Mundo de ayer lunes llenó su portada con toda clase de noticias de carácter poco o nada políticas, como la entrega de los Goya (aquí cabe la duda), los deportes del fin de semana, e incluso una referencia destacada, vídeo incluido, sobre el templo funerario de Tutmosis III. La pregunta es obligada: ¿No hubiera sido mucho más interesante, informativamente hablando, que otro vídeo, el de la manifestación a favor de la libertad en Cuba, hubiese sustituido al de las ruinas egipcias? Y no es que uno desprecie la cultura faraónica, pero si el señor Tutmosis ha aguardado más de tres mil años para verse representado en la portada de El Mundo, todo un hito para quien desea lograr la fama, bien podría haber aguardado un poco más.
Eso sí, tuve que ir a la sección de “Madrid” para encontrar la noticia sobre la manifestación. Una ubicación, a mi modo de ver casi escondida, que no corresponde a lo que pertenece a un ámbito más extenso que el de la capital española —pongamos nacional o internacional—, si es que se valora a las personas que asistieron a la concentración, de diversos partidos democráticos españoles, y las razones que la impulsaron: El clamor a favor de que desaparezca el ominoso régimen político de los hermanos Castro. Y que conste que digo “casi escondida” porque juraría que la mayoría de los no madrileños entramos más bien poco en la sección de “Madrid”, nada interesados en leer lo que hace Gallardón, que debe ser el político que llena con frecuencia el apartado.
Visto que ZP se mantendrá en el poder todo el tiempo que quiera, que así lo asegura cada encuesta que aparece, ¿se ha convertido ya El Mundo en un diario del régimen zapaterino? Es decir, ¿pone ahora una vela a Dios y dos al diablo? No sería de extrañar, cuanto más si se considera que la empresa editora las está pasando moradas, se habla del despido de 300 periodistas, y que el mentiroso que ahora manda en el BOE, en tales circunstancias de una crisis que afecta igualmente a la prensa, puede atornillar aún más a los discrepantes con el social-comunismo o bien subvencionarlos a capricho. Y no olvidemos que Cuba sigue siendo un referente para esa chusma de izquierdas que sitúa algunos de sus miembros en el Gobierno.
Pedro J., ¡tú sabrás lo que haces y el tratamiento que le das a las noticias! Pero que conste que un periódico no lo hace el director que juega a lo “políticamente correcto” y trata de situarse cercano al Poder, sino la fidelidad y el incremento gradual de unos lectores a los que no se les oculta nada.
Autor: Policronio
Publicado el 3 de febrero de 2009
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