Celibato obligatorio en las FARC

Piedad Córdoba con las FARC en Venezuela.

La vanguardia, faro y guía de la roji-progresía internacional, o sea, la dirigencia del grupo narcoterrorista de las FARC, cuyo destino en lo universal no es otro que la consecución de la narco-solidaridad a punta de Kalashnikov y petrodólares venezolanos, ha decidido convertir a sus cuadrillas de matones en el mayor club de solteros del orbe, en detrimento de la Iglesia Católica, a juzgar por las últimas instrucciones cursadas al respecto.

Bien sabido es que a cualquier progre patrio, de cualquier observancia, le está dado cumplir diariamente con cinco obligaciones, a saber: Lamerle el culo a Obama, denigrar a Esperanza Aguirre, insultar a Jiménez Losantos, justificar el canon digital y mostrar grave preocupación por la situación insostenible, según ellos, que viven los curas católicos, por no poderse casar, incumpliendo, de paso, el mandato divino de creced y multiplicaos, que todos, invariablemente, escucharon de infantes y jovencitos en el colegio religioso que, religiosamente, pagaba papá.

El cumplimiento de las cuatro primeras va de suyo, pero andar enredando en cómo una confesión religiosa, con la que ningún progre pata negra quiere tener nada que ver, tiene a bien organizarse, sólo es síntoma de lo que ya conocemos: cualquier “anomalía” que afecte a las religiones amigas, ablación del clítoris, apedreamiento de adúlteras y ahorcamiento de homosexuales, es una curiosidad multicultural, merecedora de estudio sereno y respeto, mucho respeto. 

Por el contrario, si a la Iglesia Católica, que no obliga a nadie a entrar en el orden sacerdotal, se le ocurre, sus razones tendrá, que la mejor manera de ejercer el ministerio es permaneciendo soltero, todo lo que se le diga es poco.

Es por ello, que hasta que no vea a Cebrián, Sopena, Escolar, María Antonia y Pradera, encabezar una manifestación ante la embajada de Venezuela, por decir una embajada amiga, a favor del matrimonio de los guerrilleros de las FARC, con la participación de los artistas de la ceja y la colaboración especial de los liberados sindicales, con o sin pañuelo palestino, no tendré por menos que pensar, que son todos unos cobardes hipocritones.

No obstante, puede decirse que los revoltosos, con pistola de juguete, están de enhorabuena. Si a causa de la tregua en Gaza, ya no tenían motivo para manifestarse el próximo finde, con la consiguiente justificación para provocar algún destrozo en el mobiliario urbano, deporte de izquierdas donde los haya, ahí tienen uno. Claro, que lo mismo en un arranque de furia salvadora, propiciada por la ingesta de whisky, de a mil euros la botella, en vez de manifestarse en Madrid, igual se presentan en la selva colombiana a dar un poquito de doctrina. Va a ser que no.

Autor: Carlos J. Muñoz

Publicado el 19 de enero de 2009