jueves, 20 de septiembre de 2018

Obama, segunda decepción (aún en potencia)


A diferencia de Zapatero, que en España hace lo que le da la gana porque aquí no existe la separación real de poderes, sino algo ficticio que en nada se parece —salvo en algún caso menor, casi insignificante, aún estoy por ver que el Supremo o el Constitucional  haya tumbado un proyecto substancial del Gobierno socialista—, el Ejecutivo de Obama en Estados Unidos, aun cuando cuenta con el respaldo teórico en ambas Cámaras, deberá cogérsela con papel de fumar si es que pretende sacar adelante ese enorme paso atrás en lo democrático (ya veremos el porqué) que supone la fuerte dependencia de los grupos de presión que le han votado. No nos engañemos, Obama ha llegado al poder haciendo uso del mismo sistema que ZP, o casi. Es decir, usando la propaganda a raudales y prometiéndoles a los progres y antisistema que les mirará lo suyo. Veamos algún ejemplo:


Obama simpatiza con el “matrimonio” entre personas del mismo sexo —no confundir con la conocida “Unión Civil”, que es algo distinto, bastante justo y se acepta en numerosos países democráticos—. Todo se deriva de que los homosexuales norteamericanos están que trinan y poseen mucho poder electoral al hallarse bien organizados en “lobbys”. Por otra parte, es conocido que el matrimonio gay ha sido rechazado en referéndum en varios estados USA, comenzando por la progresista California, que lo rechazó en 2000 y tal circunstancia dio pie a que el Gobernador vetase la ley aprobada en el parlamento del Estado.

Pero ante la fiebre de las bodas homosexuales cuando se produce el más ligero resquicio de permisividad, se ha modificado la Constitución estatal en más de una docena de estados —de momento— para definir el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Incluso, para unificar criterios en toda la nación norteamericana, el presidente Bush promovió una enmienda a la Constitución, en el mismo sentido de considerar matrimonio sólo el de un hombre y una mujer, que aún está por decidirse en el Congreso. Enmienda que es de suponer, con la nueva administración Obama, será rechazada o vetada.

Bien, hasta ahora no ha aparecido lo que he denominado “enorme paso atrás en lo democrático”, pero ojo al dato puesto que ahí va, siempre que sea cierta la noticia del diario digital Hispanidad cuando afirma que: “El presidente del Instituto Efrat, David del Fresno, destaca la oposición de Obama a los referéndums sobre el matrimonio entre homosexuales. El 44º presidente de Estados Unidos sabe que, hasta ahora en estos referéndums el pueblo se ha manifestado a favor de que el matrimonio sea sólo entre un hombre y una mujer. Cuando la democracia se “equivoca”, hay que ponerle freno. En lugar de votar, Obama planea inculcar a los niños las ideas necesarias para que en el futuro voten lo correcto”. ¿La democracia se equivoca por plantearles una consulta directa a los ciudadanos, y además sobre un tema concreto? No puedo llegar a concebir mayor espíritu antidemocrático en un presidente norteamericano, eso suponiendo que sea cierto, reitero, lo que afirma David del Fresno, acreditado analista de quien en principio no tengo porqué dudar. 

¿A qué me suena eso de inculcar a los niños las ideas necesarias para que en el futuro voten lo correcto? ¡Ah!, sí, a “Educación para la Ciudadanía” en versión gringa. De otro lado, ¿quién decide lo correcto? ¿La Administración Obama, quizás? ¿No les rechina a demasiado progre e interesado todo esto? ¿No ven, en este caso, un importante retroceso democrático? Demasiadas similitudes preelectorales con ZP. Veamos qué ocurre cuando la maquinaria comience a moverse, si todo acaba en agua de borrajas o el nuevo dirigente yanqui se propone cumplir con las señales enviadas a los grupos de presión. 

Otros “lobbys” a los que Obama sin duda debe su elección, cita igualmente Hispanidad, son los grandes movimientos abortistas, ante los que el nuevo presidente norteamericano se ha mostrado “a favor del aborto por nacimiento parcial, uno de los métodos más sanguinarios y cuya inconstitucionalidad confirmó el Tribunal Supremo estadounidense en 2007”. Para entendernos, diríase que Obama sopesó a conciencia los apoyos que podían llevarle a la Presidencia y decidió sonreírles, quedándose ahora poco menos que sin escalera y agarrado a la brocha. Mal asunto eso de vender el alma al diablo por un plato de lentejas, incluso si te las sirven en la Casa Blanca.

Como mal asunto me parece, aun a sabiendas de la perversión humana que supone acabar con numerosas vidas en ciernes —auténtico genocidio de nuestra era—, el voto masivo hacia Obama de ese grupito de farsantes que se autodenominan “Católicas por el Derecho a Decidir”, uno de cuyos eslóganes es “Basta de rosarios en nuestros ovarios”. ¿Católicas estas tiorras? ¡Anda ya!

¡Cuidado!, que cualquiera puede proponer cuantos eslóganes crea conveniente y votar a quien le dé la gana, faltaría más, siempre y cuando quien acepte esos votos no hipoteque la moralidad de toda una nación y profane vilmente los derechos naturales, el primero de los cuales es el “derecho a la vida”. Ante los gobernantes progres como Obama, que no reparan en gastos a la hora de las promesas electorales, confiemos en la separación de poderes de los Estados Unidos, puesto que allí cada parlamentario (congresista o senador) se debe a sus electores directos y por lo tanto se pensará siete veces qué leyes debe o no apoyar. Démosle, asimismo, un margen de confianza al Tribunal Supremo de los USA, nada propicio al mangoneo político como pasa aquí, en esta castigada tierra de políticos descarriados. 

Autor: Policronio
Publicado el 20 de enero de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.