Pregunta: ¿Serán miembros del Gobierno zapaterino antes de la entrada al Consejo de Ministros? |
Aunque José María el Tempranillo, Luis Candelas y el Estado gozan de la misma naturaleza amiga de lo ajeno, sin embargo, muestran ciertas diferencias, además del señorío que lucen los dos primeros. La fundamental: que el Estado, con el concurso y aplauso demente de los socialistas de todos los partidos, además de robarnos y esclavizarnos, se permite la desfachatez de cachondearse de nosotros, en cuadrilla y con publicidad.
Miren. La lista de tareas, que surgen en la dinámica profesional de algunos de los que nos dedicamos a sostener este monstruo con pies de barro, torpe y embaucador, se completa con la de ingresador de impuestos, en concreto, el I.V.A. y el I.R.P.F., previamente percibidos de los clientes, el primero, y en forma de retenciones a los profesionales colaboradores, el segundo. O sea, que durante los veinte primeros días de cada trimestre, hasta que por fin ves estampada tu firma en los impresos de marras, rellenos de los numeritos, fruto de tus desvelos, te puedes permites deambular por la calle con tu peor cara, en la confianza de que tus vecinos más comprensivos sabrán entenderte.
Y no es por nada. Quienes nos dedicamos a la abogacía y otras profesiones, sabemos a ciencia cierta que lo de ejercer de psicólogo ocasional, mediador matrimonial, cuando se tercia y cada vez menos, guarda espiritual, va en los honorarios, pero lo de recaudador de impuestos, por narices, por no mentar otro lugar de la anatomía masculina más rotunda y propia en estos casos, es gratis total, para el Estado, claro. Y no se te ocurra equivocarte, que además de cornudo, apaleao.
O sea, que la hacienda pública, no conforme con sustraer de las expectativas hereditarias de la prole un buen pico, además se permite humillarme, obligándome a emplearme de recaudador de impuestos por la cara, en el más estricto régimen de esclavitud. Y no se ve en el horizonte un Abraham Lincoln que nos libere de semejante carga. Es más, si Gallardón pudiera, cuando pueda, que podrá, nos obligaba a pegar, justo al lado de las etiquetitas de marras, la foto de Montse Corulla. Por joer.
Yo pensaba, pleno de ingenuidad, que como este año la cosa va un poco achuchá para el gran patrón, pues que en pago de nuestros desvelos recaudadores, no sé, un jamón no, que la cosa no está para fiestas, pero que menos que un “muchas gracias esclavo”, o “en tu futura desgracia papi estado se acordará de ti”, pues ni eso.
Antes al contrario,ñ a papi estado, cada vez más cabrón con pintas, no se le ocurre otra brillante idea, en época de recaudación y pago de impuestos, que publicar esa cosa llamada balanzas fiscales, para que caiga en la cuenta, por si no me había dado cuenta, ¡Que Montilla, Tardá y Puigcercós pagan más que yo! Lo dicho, encima cachondeo.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 17 de julio de 2008
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