viernes, 24 de agosto de 2018

Si tú puedes pagarla, España no puede

Electricidad, si tú puedes pagarla, España no puede.

Desde luego que Rafael Benítez “El Cordobés” no tenía culpa alguna de que sus hazañas taurino-televisadas, adornadas del “salto de la rana”, hicieran olvidar las estrecheces de los currelantes, que no tuvieron la suerte, o bien de emigrar a Alemania, o de colocarse en alguna empresa estatal o del INI, o en cualquier otra con precios regulados, con sede, principalmente, en Barcelona o Bilbao. Y lo mismo puede decirse de José Manuel Ibar Aspiazu, más conocido como Urtain.


Sepan que los trabajadores de RENFE y sus familias disfrutaban de un kilometraje gratis total. Y que los trabajadores de las eléctricas, además de su salario, disfrutaban también de ciertas prebendas, en forma de rebajas en el precio de “la luz”. Y digo de “la luz”, porque era la única aplicación de la energía eléctrica de la que disfrutaba el currante. 

Eran cosas del Régimen anterior, como la curiosa coincidencia de los más esperados eventos deportivos con las fechas previas al 1 de mayo, con el consiguiente cabreo de los comunistas y sindicalistas clandestinos, valga la redundancia. No digo yo que los liberales no se cabrearan, pero como había tan pocos, ni se notaba.

Y, ¡Oh casualidad!, cuarenta años después, son los Polancos y Cebrianes, con un par, los que entretienen al personal con lo que vds. ya saben. Eso sí, los únicos cabreados somos los liberales. Cosas de la vida.

El caso es que ahora, como antaño, nos sube, no “la luz”, sino la energía eléctrica. Para el caso, es lo mismo. Y si ahora el Ministro de la Cosa nos insta a estudiar bajo el candil, con el cuento de propiciar el ahorro, el primer gobierno amigo de los Polanco y Cebrián -sí, el de Franco- el mismo que nos distraía con toros, boxeo y sonoras, además de oportunísimas, derrotas del Madrid, nos aleccionaba con la frase que constituye el título de esto: “Si tu puedes pagarla, España no puede”.

En fin, que como diría Julio Iglesias, la vida sigue igual. Aunque con cuarenta años más a las espaldas.

Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 2 de julio de 2008

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